lunes, 28 de julio de 2008

El cantar Elfico!!

Lilium

Lilium es el tema que suena durante las secuencias de opening de Elfen Lied, al comienzo de cada episodio del anime. Los autores son Kayo Konishi y Yukio Kondô, y está interpretada por la Kumiko Noma. Se basa en varios pasajes bíblicos y en los himnos Ave mundi spes Maria,Os iusti y Kyrie, fons bonitatis. Es de un estilo semejante al canto gregoriano y la letra está en latín. La mayor parte de la música incidental de la serie se basa en variaciones sobre este tema, con distintas instrumentaciones.
A continuación, se transcribe la letra de Lilium y su traducción en español:

Os iusti meditabitur sapientiam,
et lingua eius loquetur iudicium.
Beatus vir qui suffert tentationem,
quoniam cum probates fuerit accipiet coronam vitae.
Kyrie, ignis divine, eleison
O quam sancta, quam serena,
quam benigna, quam amoena,
O castitatis lilium.
La boca del justo meditará la sabiduría,
y su lengua dará un juicio.
Dichoso el hombre que soporta la tentación,
pues tras ser probado, recibirá la corona de la vida.
Señor, Fuego Divino, ten piedad.
Oh, cuán santa, cuán serena,
cuán benigna, cuán hermosa,
Oh, lirio de castidad.

Se grabaron cinco versiones distintas:
"Opening" - Cantada por Kumiko Noma, con acompañamiento de cuerdas y piano.
"Saint" - Cantada por un coro voces masculinas al estilo del canto gregoriano. Esta versión es algo más larga que la versión opening y suena durante la conversación final entre Lucy y Kōta en el último episodio.
"Full version" - Cantada por Kumiko Noma, con acompañamiento del coro de la versión saint, cuerdas y piano. Es la versión más extensa.
"Caja de música" - Versión instrumental. Suena en la caja de música de Kōta cuando conoce a Lucy durante unas vacaciones estivales en su infancia.
"Cuerdas" - Versión instrumental interpretada únicamente por cuerdas. Se usa en diversos momentos de la serie como música de fondo.



Be your girl
Be your girl es el tema que suena durante las secuencias de ending, al final de cada episodio del anime. Con este sencillo de estilo pop, interpretado por Chieko Kawabe, se ofrece un claro contraste con el horror y el drama predominantes en la serie siendo habitualmente tomado como un reflejo de la relación entre Nyu y Kōta, a pesar de que el equipo de producción no se haya pronunciado al respecto. Esta canción, lanzada el 28 de abril de 2004, supuso el debut de Kawabe que llegó hasta el puesto 67 y permaneció durante tres semanas en la lista de éxitos de Oricon, dentro del estilo J-Pop.

Aquí todas las canciones pa q se las descarguen!!!!


01 - Lilium ~opening version~.mp3
01. Be your girl.mp3
02 - Katsubou.mp3
02. Be your girl (Instrumental).mp3
03 - Shinkai.mp3
04 - Hanayou.mp3
05 - Senkou.mp3
06 - Yureai.mp3
07 - Jouzai.mp3
08 - Rin'ne.mp3
09 - Yokusoku.mp3
10 - Hakuri.mp3
11 - Uso Sora.mp3
12 - Youkou.mp3
Laboratorio 3

viernes, 18 de julio de 2008

Dolce Follia

Aquí la versión en italiano de una de mis canciones favoritas: Dulce Locura.. enjoy it!!

jueves, 17 de julio de 2008

Significado del amor: Selecciones

Era un placer observar a esa radiante mujer de los ochentas, de cabello ensortijado, arreglado con pistola de aire, y piel tersa y saludable. Saltaban a la vista los efectos de su afición a jugar al tenis, correr y comer saludablemente para conservar las arterias libres de colesterol. Egresada hacía diez años de una prestigiosa universidad, ya estaba alcanzado los peldaños más altos del mundo de los negocios. Sí, pensé, ella ha recorrido un largo camino desde el sitio que ocupaba la mujer en la sociedad cuando tenía yo su misma edad, hace 35 años.
Nuestra conversación derivó hacía el tema de los hombres.
-He tenido varias relaciones amorosas bastantes largas, y fui muy feliz mientras duraron- dijo ella-. A veces he estado sola y libre, y también así he sido feliz, aunque de otra forma. Verás: me gustan los hombres, pero no los necesito. Eso es lo que significa ser una mujer independiente.
-¿Qué piensas del matrimonio?- le pregunté.
-Bueno, hay tiempo. Si llega, bien; si no llega, pues no voy a morirme por ello.
¿Realmente lo creería? ¿En verdad pensaba que el teléfono seguiría sonando para colmarla de invitaciones cuando tuviera 50 años? ¿Acaso no sabía que los hombres que entonces la buscaban para establecer “relaciones significativas”, cuando tuvieran 50 años preferirían a mujeres más jóvenes, tal como las han preferido desde los tiempos del rey David?
-¿Qué me dices de los hijos?
-No estoy preparada aún- respondió, encogiéndose de hombros-. De cualquier manera, falta mucho tiempo para eso.
-Ya tienes 31 años.
-Pero las mujeres podemos tener hijos después de los 40.
No pude rebatirle eso, pero pensé que a esas madres otoñales no les queda mucho tiempo para conocer realmente a sus hijos, y el día que ellos se gradúan en la universidad las pobres ya están en condiciones de usar el seguro médico de vejez.
Sin embargo, había algo más que debía preguntarle:
-¿Y el amor?
-¿El amor? ¿Cómo lo defines tú? No te referirás a violines, poesía, rosas y todo eso, ¿verdad?
-Sí –le contesté-, en parte.
En mi caso habían sido gardenias. Conocí a mi esposo en primavera; él me llevaba una gardenia los domingos por la tarde. Fue hace 30 años, y el aroma de esas flores todavía me trae a la memoria el libro que me regaló, cierta melodía, y, sobre todo, su rostro, el más atractivo que he visto.
Yo le decía que me había casado con él porque se parecía mucho a Charles Boyer. Aquella primavera vimos la misma película de Charles Boyer tres veces. Pero cuando me tuvo la suficiente confianza, me confesó que esas sesiones cinematográficas le habían parecido un tormento chino.
Mi joven amiga me observaba con ojo crítico por encima de su taza de té, esperando mi respuesta.
-Desde luego no es eso a lo que me refiero –aclaré con cierta impaciencia, en mi afán de describir algo tan obvio para mí y al mismo tiempo tan elusivo-. Así es como empieza. Después va creciendo.
-Claro que va creciendo –concedió ella de inmediato. Primero el anillo de compromiso, luego el velo de novia y, algún tiempo después, el juicio de divorcio. La mitad de los matrimonios terminan en los tribunales.
-Pero la otra mitad no –repliqué-. Además, muchos de esos durarían, si las parejas se esforzaran en conservar el amor con que empezaron.
¿Cómo se empieza? Bueno, con la sexualidad, por supuesto; con una atracción irresistible. Luego, se medita un poco sobre la compatibilidad. ¿Nos quedamos en casa a leer, o vamos a la discoteca? ¿Deseamos dos hijos, cinco, o ninguno? Ahora añádase algo de sufrimiento y problemas, que son muy raros los que pasan por la vida sin ellos, y añádase también la fuerza para afrontarlos. Pero, sobre todo, hay que incluir una buena dosis de risa.
Nosotros vivimos momentos dolorosos, y no creo que los hubiéramos superado sin la ayuda mutua; pero también reíamos. Recuerdo aquella ocasión, cuando él derramó la sopa de pescado al verterla en la sopera: se tapó el desagüe, se inundó la cocina y olió a pescado una semana, pero la sopa remanente estaba deliciosa.
Mi amiga me hizo volver al presente cuando observó:
-El amor, si así vamos a llamarle a estas atracciones, tiene un destino: nacer y morir. Debemos aceptar esa muerte, como aceptaríamos cualquier otra.
-Cuando rompes con alguien, ¿lo aceptas como si nada? –le pregunté-. ¿Es así de sencillo?
-¿Y que más, si ya terminó? Que hermoso mientras duró, pero se acabó, así que una da la media vuelta y se va.
-Y se va –repetí.
Estas personas no sienten nada, porque no pueden echar de menos lo que nunca han tenido. Si uno jamás ha contemplado un amanecer veraniego en el mar o no ha probado las fresas con crema, ¿cómo puede desear el goce que provocan? Quien nunca ha esperado que abra la puerta de la casa alguien que vendrá con seguridad (pues ello no depende de que encuentre o no encuentre a otra persona ese día) porque esa es su casa, el refugio donde guarda los candelabros de la abuela, la fotografía de su graduación, los tapetes que escogió la pareja, el perro extraviado que un día hallaron, además de la hipoteca que simboliza el compromiso de una larga posesión; quien no ha conocido nada de eso no puede saber lo que significa, ni anhelarlo.
-¿Qué otra cosa esperas que haga la gente? –me preguntó ella.
-Creo que debe sentir algo.
-¿Cómo qué?
-Cólera, dolor, celos, ansia, despecho, desazón. ¡Lo que sea!
En mi caso, si hubiera podido contemplar siquiera semejante tragedia, habría sido un dolor profundo. Y para él también. Después de su muerte encontré una nota dentro del cajón de su escritorio; en ella me decía cuán importante era yo en su vida, y que no temía a la muerte, pero sí a separarse de mí. Allí me quedé un rato, leyendo y recordando. El emparedado insípido que me preparó una vez. Su terror cuando pensaba que yo estaba enferma. Su confianza en mí cuando se enroló en el Ejército y escrituró cuanto poseía a mi nombre.
¡Claro que tuvimos nuestras diferencias! Algunas veces peleamos, y habríamos querido acabar el uno con el otro, pero de ninguna manera separarnos. Yo sabía que siempre podría contar con él; él sabía que siempre podría contar conmigo.
¡Qué frías son las relaciones de esas parejas, cuyos integrantes conservan sus pertenencias cada uno a su exclusiva disposición, y están dispuestas a separarse en cuanto la excitación decline o alguien nuevo y más sensual aparezca! Con asombroso desapego rozan la superficie, sin atreverse a penetrar y sentir el ardiente latido de la vida.
Extrañada ante mi silencio, la joven me preguntó en qué estaba yo pensando.
En un hombre apacible, sentado al sol. Le llevé un refresco. Él alzó la mirada y me dio las gracias, ¡con una sonrisa inolvidable! Pensaba en las noches de invierno, cuando nos dábamos calor uno al otro; en las bromas y los besos después de un pleito. Pude haberle dicho todo esto, pero decidí contestarle:
-Aún trato de definirlo.
-¿El amor?
-Sí. Y creo que ya lo logré.
Su expresión fue amable; quizá un tanto irónica, en ese momento.
-Amar es tener más interés en la vida de otra persona que en la propia.
-¡Pero eso va contra la naturaleza! –protestó ella, mientras meneaba la cabeza-. A ningún ser viviente le importa más la vida de otro que la suya propia. No; no puedo creerlo.
De pronto, aunque no había ninguna flor por ahí, percibí el inconfundible aroma de las gardenias. Me acerqué a mi amiga y toqué su mano, tan joven, con la mía.
-Créelo –le dije-. ¡Por favor, empieza ahora mismo a creerlo!

miércoles, 16 de julio de 2008

II Parte. Nieve. 2.3

Lucía no obtuvo tanta información del rey como había creído conseguir. Reigynleif estaba involucrada en los hechos que dieron inicio al invierno multicolor pero, ¿cuál sería la causa o motivo que la llevase a originar algo así?, es más ¿una simple valquiria sería capaz de causar tanto alboroto en todo el mundo? Lucía sabía claramente que ninguna criatura puede originar una nevisca planetaria y mucho menos de coloración única en cada región así que, ¿sería realmente Reigynleif la causante de todo?
Realmente y a pesar de que Lucía era un ángel de aquellos que mirando a norte, al sur, al este o al oeste siempre miran a Dios, se sentía agotada. El rey Gonzalo creía firmemente que la valquiria era el origen de todo y sin embargo no daba razón de su creencia, solamente asentía. Era evidente que el rey escondía algo y Lucía tendría que averiguarlo por algún otro medio y ya que el relato tenía que ver con Asgard regresó al sitio de donde nunca se sale a menos que seas uno de esos seres que pueden atravesar dimensiones: Lucía volvió a la Biblioteca.
No hace falta adjetivar dicho lugar ya que al remarcarlo con una letra mayúscula el lector ya identificará así al único recinto no sólo de libros y conocimiento, sino recinto de todos los libros y todo el conocimiento del mundo. Lucía llegó pronta y no encontró a nadie lo cual no le sorprendió: la Biblioteca era tan vasta que era casi imposible encontrar al bibliotecario o al monstruo que corre buscando compañía. Lo que si sorprendió a Lucía fue el hecho de encontrar libros regados por el suelo y un resplandor que la miraba desde el suelo, era el espejo del forastero. Lucía no sabía mucho acerca de él y ahora que tenía en sus manos aquel objeto que le parecía tan banal y a la vez tan importante para el muchacho. Una vez mientras caminaban cerca a un sembradío de trigo ella le preguntó qué era exactamente aquel espejo y él cambió el tema bruscamente. Ella lo mencionó en otra ocasión y el forastero simplemente dijo que era parte de su misión cuidar de aquel espejo en donde solamente él vería lo adecuado. Lucía nunca más preguntó nada y simplemente se recostó en su hombro. Al recordar aquella tarde ya tan lejana en el tiempo se sintió triste y a la vez vacía y sin ganas de seguir cumpliendo su misión, ¿para qué, al fin y al cabo?
No seas necia, ya te has cuestionado eso varias veces y siempre llegas a la conclusión de que Nuestro Señor tiene sus razones y cuando cuestionas a Nuestro Señor te das cuenta que en realidad te estás cuestionando tu propia existencia lo cual nos lleva a un dilema cíclico porque vuelve la pregunta del porqué.
Para ahuyentar el dolor debemos seguir adelante sin preguntar eso. No importa el porvenir, todo lo que debemos hacer es seguir adelante, no interesa si estamos en lo correcto o no, debemos seguir nuestro camino.
¿Por qué entonces aún sientes aquella confusión?
La siento porque no sigo el dictado de mi corazón.
¿Qué dice tu corazón?
Eso es lo que quiero pero no debo ver, al fin y al cabo no vale nada.
Te equivocas. Si lo admites por completo, te liberarás.
No hay necesidad de decirlo otra vez. Eres solamente una voz extraña que se empeña en enseñarme cuando soy yo tal vez uno de los seres más sabios de este mundo. He viajado por todos los países, he vivido todas las eras y conocido todos los grandes misterios de los antiguos, tu ya te ibas cuando yo estaba sola aquí, clavada en medio de tanta injusticia que plantaste por expulsar a aquella pobre pareja del Paraíso.
¿Estás cuestionando mis decisiones?
Tal vez. No, no lo estoy haciendo, simplemente creo que debiste perdonarlos y nunca arrojarlos de esa manera…
-Eso no hubiese evitado la expulsión de Ville del Paraíso.
Otra vez aquella Voz. Lucía calló y no habló hasta que su interlocutor dijo:
El Universo desvanece y tú usas el pasado de pretexto. Ville está en dónde menos lo imaginas y lo encontrarás cuando tú estés lista.
¿Cuándo será eso?
Muy pronto, aunque acuérdate bien, no siempre las cosas que queremos son las mejores para nosotros.
Eso no es cierto. Cada persona, cada ser elige lo que considera mejor para sí; siempre que logre aquello que quiere será feliz ya que ese es el objetivo de su vida.
Entonces tienes que definir el sentido de la tuya. ¿De verdad quieres encontrar a Ville?, ¿o acaso ahora buscas a otra persona en tu corazón?
Lucía volvió a mirar el espejo en su mano. Dudó mucho antes de responder y ni siquiera fue la respuesta que ella misma esperaba de sí:
No lo sé.
Pues averígualo porque eso es algo que ni siquiera está escrito en está Biblioteca, o al menos el conocimiento a esa respuesta te está vedado. El rumbo de tu destino lo decides tú, no importa que éste ya haya sido escrito.
Lucía no se quejó. Sabía que el forastero había estado en aquel mismo lugar antes, quien sabe cuanto tiempo atrás, tal vez años, tal vez meses, quizá solamente un par de horas atrás pero el caso era que su corazón palpitó fuerte por el simple hecho de saber algo, aunque mínimo, de aquel hombre que disfrutaba sentarse al lado de ella.
Lucía estaba enamorada. No tenía capacidad total para entender el concepto que rayaba en el pilar de la naturaleza humana pero sí sabía que ahora su misión en el mundo era otra.

II Parte. Nieve. 2.2

Lennart está cansado de las mentiras. No le llores, dijeron los más sabios, pero a nadie escuchaba. La quieres, ve y encuéntrala, ¿vale la pena? Debe ser agotador jugar una vida así, incluso para alguien del poder de Lennart. Hace casi dos años que lo abandonó todo para buscar a su amada Helena perdida no solamente en el mundo sino también en el tiempo y en el espacio. Me dejaste, el alma se me fue, ¿es que acaso no te puedo convencer que esta historia es la historia de nuestro amor en el mismo tiempo y espacio en que nuestras almas fueron concebidas hace ya tanto que ni Dios lo recuerda? Hay veces en que Lennart se descontrola y el mundo simplemente pierde sentido.

¿Y a quién no le ha sucedido eso alguna vez? A todos, me atrevo a sentenciar. Todos en algún momento han dudado de su existencia, todos en algún momento han llegado a vacilar de si la luz al final sería realmente la meta. Nadie sabe su camino y sin embargo busca a otros para que estos se lo digan. Así se siente Lennart. Inseguro, sin suelo al cual acudir, sin nadie que piense en él en el mundo entero. Hubo una época en que nada era importante, viajaba con su Maestro que casi era como un padre para él porque ya no recordaba quienes eran sus progenitores. Estaban en todo lugar, buscando algo que Lennart nunca sabría porqué pero que era lo único que mantenía a su Maestro vivo. Tantas veces renegó de esta vida pero cuando la perdió la extrañó con toda su alma. Poco a poco encontró que la tranquilidad era lo mejor para una vida relajada. Vivió tranquilo en su paraíso perdido hasta que llegó la misma especie que nos desterró para siempre del jardín primigenio: una mujer. Como toda mujer, alborotó el corazón de Lennart y lo lanzó al abismo que cierto forastero está recorriendo en este mismo momento. Lennart sufrió, como toda criatura en su vida, pero el dolor fue tan terrible que nunca pudo mitigarlo. Fue en aquel momento en el que decidió salir de su paraíso terrenal para ir a buscar a la única persona que le brindaría la paz tan deseada. Caminó por miles de sendas, conoció más ciudades de las que había recorrido con su Maestro. Luchó con irascibles guerreros que pretendían cobrarle el paso a ciertas regiones aludiendo propiedad sobre dichos terrenos, provocando un innecesario desgaste de energía por ambos bandos. Empezó a buscarla en el Palacio donde ella vivía y se enteró de la desgracia: la princesa Helena contraería nupcias con el gallardo príncipe Axel Agadir. Al comienzo Lennart no supo que hacer y huyó lejos, tan lejos que muy pronto llegó a un lugar en el cual el sol no brillaba jamás y la tristeza era necesaria del ambiente. Se hubiese quedado allí para siempre si no fuese por la intervención del forastero quien lo rescató de una muerte segura en aquel infierno helado llamado Niflheim. Cuando se dio cuenta de que tanta tristeza era absurda por una mujer decidió volver a su hogar donde seguramente Deydra lo estaría esperando. Pero como toda persona despechada Lennart no dejó ni un solo instante de pensar en Helena, la que había roto su corazón, la que lo había dejado para casarse con otro, la mujer que ahora era mujer de otro pero que a la vez seguía siendo aquella que lo besó con toda su alma, la que se entregó al encanto de observar las estrellas con alguien que nunca había experimentado algo parecido al amor porque ella fue la primera y única persona que tocaría el corazón de Lennart, la única que alguna vez lloraría por él, la única con el alma en pedazos por haberlo hecho llorar.

Pero como todo el mundo sabe, no se entra al cielo solamente con buenas intenciones. Si la ves, debes avisarle a Lennart de que la sigue buscando y no parará hasta volver a ver aquellos ojos profundos que a veces son un tanto distraídos, a veces un tanto agudos y casi siempre llenos de ternura. Si la ves tienes que decirle que alguien todavía la busca en todo lugar, en todo momento, en todo universo porque Helena no aparece en ningún lado y Lennart ya está cansado de seguirla. La vida no es lo suficientemente larga como para encontrarla después de que una valquiria tenga la iniciativa de robar a una mujer y borrarla de la faz de la tierra como hizo Reigynleif con Helena porque el día de la boda la valquiria apareció deteniendo el banquete posterior a la ceremonia y trató de matar a Helena pero los cientos de guardias no se lo permitieron por lo que Reigynleif causó lo que se conoce ahora como la matanza de las nupcias porque aquel día murieron casi mil hombres tratando de defender a Helena de la valquiria agraviada. Llegó como en una nube, apareció como un relámpago en medio de la gente clamando por encontrar a la mujer que según ella desataría el fin de los tiempos, la princesa Helena hija del rey Gonzalo debía morir. Gritos apagados de mujeres asustadas por la determinación de la valquiria llenaron la plaza, al tiempo que los guardias rodeaban rápidamente a la mujer más insana del mundo. Veinte se acercaron, ninguno regresó para contar que vio el infierno. La valquiria quemó a todas las personas que estaban al menos a diez metros de ella. Era como si fuese un demonio, un demonio de aquellos que pueblan nuestras peores pesadillas llenas de sangre, matanzas y miedos impensables. En ese mismo momento las flores de aquel reino dejaron de brotar para siempre y la gente se espantó. Todos huyeron hacia sus casas, los invitados de otras ciudades huyeron de la ciudad sin siquiera detenerse a recoger sus pertenencias, al mismo tiempo que todos los guardias hacían una barrera entre la valquiria y la familia real a la que trataban de esconder a pesar de la insistencia del príncipe Agadir por quedarse a pelear. La valquiria entonces sacó su espada y demostró que las criaturas nórdicas son las más fieras en batalla. No sudó ni una sola gota, no se cansó en lo más mínimo. Los soldados la combatían confundidos y entre los invitados los pocos valientes que se quedaron decidieron demostrar que eran mejores guerreros que aquella mujer de rojos cabellos y voz con fuerza de trueno. Caían como hojas, sin resistencia y sin notoriedad. El rey Gonzalo recordó brevemente la majestad de Asgard y la promesa que aquella valquiria hizo años atrás.

-Entonces ¿ya la ha visto usted, Su Majestad?- preguntó el príncipe Agadir.

-Sí, pero lo que más me preocupa ahora es su promesa.[F1]

Y una vez más contó solamente una parte de su itinerario y no todo el viaje porque sabía que es peligroso el conocimiento completo de algo tan grande. [F2] Cuando el llegó finalmente al hogar de los dioses se dio con la grata sorpresa de su total inactividad: Asgard estaba desierto. Es verdad que encontró mil maravillas como la roca que dará la sabiduría al que logre descifrar su significado, o la clepsidra que da al que sea capaz de manejarla el control absoluto del universo por el tiempo que ella determine o la cueva llena de piedras como el diamante que hará a su portador invisible o la esmeralda que dará tranquilidad al pueblo que la controle o la piedra lunar que da poder total sobre la oscuridad. Estas y muchas maravillas más encontró el rey pero a nadie con quien comentarlas, no halló a nadie que le dijese donde estaba lo que el buscaba, aquello que lo guió hasta aquel lugar tan fuera de nuestro entendimiento, la panacea universal, el euforbio. Se mató buscando por todos los salones descubriendo que el Valhala y todas las demás casas estaban desiertas y nadie lo podría ayudar. Buscó por todos los patios y encontró miles de flores diferentes, todas hermosas, únicas e inimaginables. Ninguna lo convenció del todo, no sabía cual era la planta que él necesitaba así que decidió tomar un breve descanso echado en la hierba del medio de una gran pradera.

Hubiera podido dormir por toda la eternidad y nunca darse cuenta ya que tanto su cuerpo como su mente no sufrían ningún desgaste en aquel lugar mitológico. Aunque fue un sueño renovador al comienzo poco a poco fue algo perturbador ya que sueños sin sentido alguno iban y venían de la mente del rey Gonzalo. Muchos eran visitas sin sentido a una gran biblioteca que parecía no tener principio ni fin y que estaba habitada por solamente dos personas: Jorge Luis, un anciano rarísimo que hablaba casi con un acento de aquellos que conocen muchas lenguas y terminan entreverando idiomas, y Asterión, una criatura mitad toro, mitad hombre que decía tener al igual que el rey Gonzalo sangre real y derecho a gobernar entre los hombres. [F3] Otras veces soñaba con un laberinto infinito de cuartos que se repetían s í mismos una y otra vez. Era entrar a una habitación con dos ventanas en el techo y una estatua un cuervo volando para poder pasar a un pasillo que doblaba hacia un pequeño altar donde un niño vestido de verde tenía velas encendidas a su alrededor, y luego de acabar el pasillo era llegar a un gran salón con quince puertas que llevaban a quince réplicas del cuarto inicial solamente para cambiar algún pequeño detalle en el recorrido como por ejemplo que la estatua ya no sea de un cuervo sino de un gato o que el pasillo este inundado o que el salón sea un anfiteatro con quince salidas. Otras veces soñaba con una señora muy vieja pero a la vez muy bella que le advertía del gran peligro que se avecinaba sobre la gente de su sangre. Este era el sueño que más le perturbaba ya que de alguna forma sabía que la desgracia era pronta y sin remedio. Así que un día mientras la señora le advertía por enésima vez acerca de desgracias futuras, Gonzalo decidió despertar. El lugar no había cambiado en nada y el mismo rey no recordaba casi ninguno de sus sueños así que pensó que estuvo dormido solamente unas cuantas horas y no los dos meses que después comprobaría como perdidos. Miró el prado y se estiró antes de proseguir con su búsqueda, cuando escuchó la voz más profunda del mundo a pesar de venir de una mujer.

-Y todo el mundo sale a pulmón, antes de venirse abajo nacerá una última vez.

Reigynleif era hermosa y deslumbrante. Odiaba el mundo y lo sigue haciendo por costumbre, inocente y dulce. Ayer lloró y hoy está frente a un rey con el poder de cambiar el destino con la decisión que va a tomar en cualquier instante. ¿Dónde están todos?, preguntó el rey y ella simplemente dijo se han ido. ¿Adónde? quiso éste saber y ella dijo al mundo. Era la gran desgracia de las valquirias, la falta contra su honor, el derrumbe del mundo como lo conocían desde que terminó de ser planeado el fin del mismo. La tarea de las valquirias es elegir a los más heroicos de los guerreros caídos en batalla para llevarlos al Valhala. Aquí se convertirán en einherjar por la gracia de Odín ya que éste necesitará guerreros para que luchen a su lado en la batalla del fin del mundo, el Ragnarök. Sin embargo, ahora el gran salón de los guerreros escogidos estaba deshabitado al igual que todas las casas monumentales de Asgard.

La explicación a la desolación de aquel paraíso de dioses y también razón del sinsabor de Reigynleif empezó siglos atrás cuando un hombre vestido de negro apareció en Bifrost. Los dioses lo miraron y no hubo nadie que se dejara conquistar por aquella mirada, sincera y cautivante aquellos eran los dos ojos más azules que nadie haya jamás visto. Su voz era de por sí una melodía y la profundidad de sus palabras hacía temblar a las valquirias mismas quienes lo alimentaban con hidromiel y se deleitaban con su belleza. Odín veía con su único ojo maldad en aquel muchacho al que los demás dioses adoraban, era para ellos el hijo perfecto del Universo. El joven quien conquistaba la luz con su simple voluntad se fue ganando la confianza de aquellos últimos inmortales poco a poco, tanto así que inclusive Thor le permitió manejar a su fiel martillo. Mjolnir[F4] . El único que desconfiaba junto a Odín de aquel hombre que deslumbra era Heimdal. Su percepción de que algo andaba mal era tan cuerda como la misma percepción que tenía al escuchar la misma hierba crecer y al viento soplar por las fibras de un hilo delgado. Cada vez que el joven de veraces ojos celestinos estaba cerca Heimdal temblaba porque sentía que la maldad nacía de muy dentro de aquella alma, y aunque intentó advertir a sus compañeros nadie le hizo caso, ya que el aura era tan oscura y espesa que nublaba la visión de los demás inmortales. Y a pesar de que Heimdal era el más perceptivo de todos los dioses nadie le hizo caso, lo que originó el mismo fin de aquellos sin necesidad de la llegada de Loki y su ejército anunciando el Ragnarök ya que un día de esos el joven de ojos sinceros entró al Valhala y conoció a todos los einherjar o guerreros caídos, quienes eran traídos por las valquirias con el propósito de formar el ejército de Odín para cuando el Ragnarök llegara. Los conoció, los encandiló y muy pronto eran seguidores suyos aunque solamente a uno le haya revelado su nombre ya que durante su larga estadía en Asgard nadie, ni siquiera el mismísimo Odín sabe su nombre. Y muy pronto la razón sería conocida: porque aquel joven encantador no tenía nombre mortal, solamente un nombre inmortal que le duraría más allá de todas las épocas: Lucifer.

Con la misma astucia que conquistó a varios ángeles en el cielo para formar un gran ejército, de la misma manera el Ángel Caído formó un gran ejército con los einherjar y algunas valquirias. Se enfrentó a los dioses y poco pudieron hacer estos más que escapar a los dominios mortales de los humanos. La luz más bella pronto fue el Amo absoluto en todo Asgard y no hubo poder divino más grande que el suyo en todo el mundo. Si Lucía tan sólo hubiera podido enterarse de todo lo que sucedía en aquel polo de la tierra tal vez hubiese podido enfrentarse al que tanto busca ya sin saber por qué. El hecho es que Asgard quedó a disposición de Lucifer y este tan pronto se aburrió que salió con su nuevo ejército a conquistar el mundo y eso es lo que viene haciendo en secreto por más de tres años, invadiendo aldeas pequeñas que desaparecen más rápido del mapa que en ser nombradas. Lucifer muy pronto va almacenando un ejército que concentra a los mejores guerreros caídos quienes se le unen únicamente buscando la gran oferta de la inmortalidad que Lucifer promete. Cuando Asgard volvió a quedar desierto ningún dios se atrevió a volver ya que tenía miedo de caer en alguna trampa del Príncipe de la Dulce Pena; la única en regresar a la mítica tierra fue Reigynleif con esperanza de algún día ver renacer la antigua gloria de Asgard, no importa cuáles fueran los medios, algún día renacería, era una promesa de una valquiria y esas promesas quedan para la eternidad.


Encriptación con MD5 en PHP

Hoy en día la mayoría de las páginas web utilizan bases de datos para poder desarrollar portales dinámicos y así hacerlos más atractivos a la vez que útiles. Pero esta información que se guarda en la base de datos tiene que tener algún tipo de protección. Es por ello que algunos campos se guardan encriptados en la base de datos, principalmente cuando una página requiere el nombre de usuario y contraseña, esta última se encripta y se guarda en la Base de datos.

En PHP se utiliza la función MD5 (Message Digest 5), que es una función hash irreversible (de un sólo sentido) , es decir, encripta el password tecleado por el usuario y es imposible que partiendo desde la cadena encriptada se vuelva a la contraseña origen. Por esto mismo no hay problema de que alguien pueda acceder al campo encriptado de la base de datos.

Como en la base de datos se guarda la contraseña encriptada, cuando un usuario quiere acceder, habrá que realizar una comparación entre el password que introduce encriptado en MD5, y lo que tenemos en la base de datos, (que es la contraseña encriptada en MD5), si coincide se le permite el acceso, si no, se rechaza.

MD5 se utiliza también para que cuando un usuario olvida su password, si quiere recuperar la contraseña se le pide que introduzca por ejemplo el correo, y se le envía un mail con una URL tal que si entra en ella genere una nueva contraseña que se le indica al usuario y se reescribe en md5 en la base de datos (borrando la anterior contraseña).

Hay que tener en cuenta que esto no es 100% seguro, puesto que la contraseña se encripta en el servidor, entonces al enviar la contraseña desde el cliente al servidor podría ser interceptada.

Para hacernos una idea, el algoritmo MD5 convierte el mensaje en un bloque múltiplo de 512 bits, (si hace falta añadirá bits por el final). Luego coge el primer bloque de 512 bits del mensaje y realiza diversas operaciones lógicas con los 128 bits de cuatro vectores iniciales ABCD de 32 bits cada uno. (Dichos vectores tendrán el valor inicial que nosotros queramos).

Como resultado obtiene una salida de 128 bits que se convierte en el nuevo conjunto de los 4 vectores ABCD. Se repite el algoritmo hasta procesar el último bloque del mensaje. Al terminar, el algoritmo devuelve los últimos 128 bits de estas operaciones.

La definición de la función md5 en PHP es:
string md5(string cad).