sábado, 11 de abril de 2009

Rebelde y cobarde

Espera sentado en la mesa de siempre, con una extraña de tutora y ganas de largarse de aquí.


Mira sus ojos cenizos y piensa en tu dulce mirada, allí congelada como mirando a otro, a alguien que se ganó tu cariño a costa de cotidianeidad y devoción. Lo mira con desprecio y dice con fuerza que la gente como él nunca triunfará, que somos haraganes y sobre todo unos parásitos de la sociedad. No hace caso: sabe bien que no le conoce, que no sabe cuanto ha leido, que menosprecia la música neoclásica simplemente porque no está en libros.
Y ella sigue gritando, entre palabra y espanto a aquel alumno rebelde, a aquel que aún cree que el socialismo tendrá curso en la vida, que aún cree en la igualdad de sociedades, que los cholos tendrán el mismo derecho que los blanquitos, que los caporales beberán junto a los indios la chicha y comerán camote como iguales. Iluso mojón, que para lograr un sistema perfecto se necesita gente decidida, gente educada, gente que esté dispuesta a sacrificar todo, su vida, sus sueños, su familia con tal de ver una idea crecer, con tal de ver a un país mejorar y levantarse como potencia mundial.
-Tal vez necesitemos un Pinochet.
-¿Qué barbaridades dices niño?
-Mire usted Chile. Mató a todos los inútiles y trajo el país a la modernidad.
Le da una cachetada y sin embargo ella es la asustada y él el que mira con ojos amenazantes. Ella sabe que él puede denunciarla por sobrepasarse con un alumno pero se mantiene firme a pesar de que su conciencia se rompe, respira y empieza de nuevo.
-Abimael pensaba igual que tú. Es un monstruo.
-Abimael se dejó llevar por el poder. Desorientó las enseñanzas de Mao y ahora no tiene sentido seguir su enseñanza.
-¿Qué propones entonces?
-...
-Lo que pensé.
Y él rabió por dentro porque no sabía que responder de verdad. Fue llevado allí por haber dicho que el Perú necesitaba un genocida y ahora que le preguntaban por qué no sabía que decir. Tal vez el escritor rebelde saliese de vez en cuando y ahora estuviese de paseo para no ayudarlo.
-Nada es eterno hijo, ni la tumba ni la cruz...
Es cuando él empezó a prestar atención a sus palabras porque aquel cliché tan antigua de balada nunca antes había llegado a sus oidos acostumbrados al metal y al rock moderno. Ella conocía el mundo y podía corroborar esa frase, ella con su maestría de la UNSA, ella que leía un libro por semana y que cuando no tenía que leer iba a la libreria 'suelos' a buscar cualquier revistilla, cualquier cosa para entretenerse, ella que tenía dos hijos, ambos profesionales, ambos exitosos, ella que se había partido el lomo estudiando en un tiempo donde las profesoras mujeres aún eran mal vistas por los varones y que a pesar de todo demostró ser de las mejores en su profesión y también en cualquier otra cosa porque rápidamente aprendió cuatro idiomas por casualidad (latín por estudios, inglés por un amante, francés por seguirlo en un viaje a Paris, quechua por un trabajo en las alturas e italiano que era un idioma 'como de bebés' según ella), ella que puede definir una prosodia y una sintaxis, tan elegante ella, que sabía este infeliz y discúlpame el término pero eso eres, un infeliz, ¿que sabes tú de Borges y Sábato?, ¿qué me puedes decir de la osada y estúpida aventura del coronel Aureliano Buendía al tratar de hacer guerras inservibles, una tras otra simplemente para que al final no les pintasen la casa de azul? Yo, hija decente del manual de Carreño y no ese adefesio de Frieda Holler, soy la persona capacitada para decirte y reafirmarte que nada es eterno hijo, que muy pronto la plata de tus padres se acabará y tendrás que mantenerte por tí mismo, y sufrirás porque te basas en ideales obsoletos, porque crees que el mundo se soluciona con cosas fáciles y eso es mentira, el mundo se arregla con pequeños aportes como usar papel reciclado, como no pasarse la luz roja, con esos pequeños aportes hacemos al mundo diferente y eso importará porque no importa lo que hagamos en cualquier momento podemos morir y todo se irá al carajo, disculpa la expresión pero sabes que está bien empleada, todo se irá al carajo y por gusto tanta cosa, así que ¿por qué no aprovechas los estudios ahora?
Pero él ya no escuchaba. Él era de las personas que escuchan algo y escuchan sólo lo que quieren oír y ahora sólo escuchaba a alguien que lo conminaba a decir sus verdaderos sentimientos a ella, la chica perfecta, la de la sonrisa luminosa, la de los vasos de agua. Es un cobarde, no puede evitarlo ya que su temor no es el rechazo (éste sería un alivio para él, así podría dejar de pensar en ella y no echarse la culpa de nada) y mucho menos era miedo a decírselo de frente. Su miedo era lo que él mismo definía como Post-Declaratorium.

No sabe como reaccionar cuando escucha la respuesta.

Seguro tú te acordarás cuando le dijiste sí al pobre y él no sabía que hacer porque de verdad no esperaba esa respuesta. Seguro tú recuerdas como habló con seguridad para decirte cuanto te quería y luego cuando le dabas el afirmativo él se desarmaba y no sabía donde poner los pies y tanto se frustró que por eso en sus relaciones siempre han sido ellas las que han dado el primer paso, siempre han sido ellas las que lo han ayudado excepto una vez (seguro también te acuerdas de esa vez en que lo dejaste actuar y no lo hizo tan mal, o tal vez no pudo hacerlo peor.) Y ahora que tiene a la chica perfecta no quiere arruinarlo porque sabe que si se lo dice y ella dice que sí él perderá los papeles y será por gusto tanto chocolate, tanto sufrimiento, tantas películas gastadas y tanta amistad arriesgada porque no sabe que hacer en ese maldito momento.
Y él creía que podía vivir para siempre así pero la vieja esta tiene razón: nada es eterno y en cualquier momento ella deja de ser su amiga y se aburre de él y no quiere nada y él se quedará con sus ganas de tomarla de la mano y decirle que todo irá bien.
-Todos quieren amar a alguien.
Ella deja de hablar y ve en los ojos del alumno a alguien diferente.
-Gracias Profesora. Muchas gracias de verdad y disculpe las molestias.
Y sale decidido a decir lo que nunca dice. Sale dispuesto a matarlas totalmente porque igual no sabrá que hacer cuando escuche la respuesta pero que importa, si las mata al menos lo hará ya porque nada es eterno...

sobre todo las ilusiones...

9 comentarios:

Favio dijo...

Soy cobarde la mayoría de veces pero no porque no pueda hacer las cosas sino porque tengo miedo a cómo cambia.
Pero la señora tiene razón y no importa que las maté, tengo que aprovechar ahora porque sino mañana será demasiado tarde.


Disculpen la extensión innecesaria.

Alhy dijo...

¿Sabes? No veo conflicto entre aceptar la vida (y este loco mundo) tal y como es y ser idealista.
El cambio esta en cada uno de nosotros. Nadie sabe que consecuencias puede tener o cuantos corazones se pueden tocar. Todos tenemos una voz.

La clave es el aqui y ahora, en todos los sentidos.
Como dice Martin Luther King:

"Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol".

Kisses reflexivos ***

Ps: no se disculpe. Siempre emociona leer cosas que salen del corazón.
Hoy estoy un poco espesa y dispersa. Sorry si he llevado el tema a "mi territorio" ;)

Jud dijo...

Deberías entender que aunque tengas miedo de los cambios, estamos cambiando a cada rato. Hace unos días que me viene a la mente esta pregunta... ¿la gente de tu alrededor sabe que escribes? lo digo, porque la gente de mi alrededor no, blooggers que conozco tampoco pero hay algunos que si, y me entra la curiosidad. Me gustó el texto, sigue así :)

Ella dijo...

me gusta lo que escribes, porque hablas con la verdad.

a veces es mejor no hacer caso, asi te ahorras el dolor de añorar momentos desgastados de tanto recordar.

:) con tus palabras 'es eterno mientras dura'

gracias por pasar

saludos

Ella dijo...

la extension fue necesaria.
y si no, pues me gusto

.A dijo...

y sale decidido a decir lo que nunca dice... :)
ya era hora nop ? jeje

Anónimo dijo...

Gracias por el premio, Favio. Me ha hecho ilusión, lo colgaré en el espacio dedicado a ellos en el blog.
Gracias.
Los cambios siempre son buenos, aunque siempre existe el miedo a éstos. Dale una oportunidad :).
Carpe diem.

lys dijo...

El cambio renueva y es necesario renovarse constantemente, el dudar es lógico pero la mayoría de las veces la vida las va resolviendo.

Un abrazo

LAO dijo...

El idealismo y el realismo es una dualidad perfectamente compatible como lo demostró JESUS. La ruptura se produce a raíz del rechazo para aceptarlo. Espero me hayas entendido, ya que tu relato refleja una profunda y bien elaborada reflexión.Me gustaron también los otros dos cuentos que siguen a éste, ya que no leí los otros todavía. Un saludo desde Argentina.