domingo, 31 de mayo de 2009

En las cosas que no dices

Escuchan un grito y voltean para cerrar los ojos inmediatamente. El auto vuela y el chofer también con medio cuerpo por la ventana y las esperanzas en el semáforo trasero. La gente huye al ver al bólido amenzante y el sonido se detiene entre un grito de baja esquina y un cuidado ahogado que nunca llegó a tiempo.
Ella se cubre el rostro sin saber que más hacer al ver al tico acercarse y todo se desvanece. En realidad no pierde la conciencia pero se siente ingrávida y de la nada aparece en los brazos de alguien a cinco metros del accidente [donde ella estaba parada]
Es el chico del bombón.
-¿Estás bien?
Y mucha gente comenta como aquel joven la salvó de ser aplastada y de que hacen bonita pareja, seguro la conoce, mire usted como ella le habla natural, ¿y que tal si es de esas regaladas que quieren acostarse con todo hombre que las impresiona? mire usted bien, la señorita parece recatada y de buena familia...
Pero ella no escuchaba nada, ni las especulaciones de esa tía espesa ni la defensa de ese anciano tan caballero, sólo existia el sonido que rodeaba a aquel joven de veintitantos.
-El otro día te fuiste tan rápido..
-Que no supiste si darme las gracias o desconfiar del confite ese, ¿no?
Demonios, un sabelotodo.
Llega la ambulancia y los curiosos como cuervos pueblan la escena pero nadie existe, sólo ella y su sabelotodo. Miradas masturbadas los siguen como los sobrevivientes de un cataclismo, como la última pareja del mundo.
...
-¿Cuál es tu nombre?
-Gabriel, pero se supone que no debería estar aquí.
-¿Por qué?
-Tú eres coherentemente feliz y yo estoy interrumpiendo eso.
...
-Entonces, ¿por qué estás aquí?
-No podía dejar que borrasen la luz más brillante del Universo.
Y siguió en la ciencia de su lengua revelando verdades celestiales que para Sofía eran simplemente versos. Escuchaba su voz y el mareo la mataba, era el olor a sangre cercano, la presión del accidente, la voz del escogido, su aura, su pelo, todo en él era perfecto pero ella estaba turbada, asustada, confundida, pensando en que había aparecido justo en el momento exacto, pensando no, no es justo para nada perder la ocasión, ésta, una ocasión alegre y sin embargo con un herido saliendo en camilla y él hablando del destino y que no debe acercárseme y ¿cómo demonios sabe que soy coherentemente feliz? esta pregunta y un factor incógnito que le hizo perder el tiempo y el dominio de su mundo y empezó a vomitar y Gabriel, tan inocente de los padecimientos humanos observó sin atinar a limpiarla o aliviarla o qué demonios hacer.
...


Es que la ignorancia también existe en los seres celestiales.



...
-Carajo Ale, se fue.
-Tranquila, más me preocupa que estes bien.
-Creo que lo estoy.
-Entonces calmate. Al menos lo volverás a ver, ¿no prometió eso?
-Sí, lo prometió.
Y apretó más la prueba de embarazo que tenía en el bolsillo. Justo cuando encuentra al chico misterioso, justo cuando se cuestiona su vida.

lunes, 25 de mayo de 2009

Miedos sencillos

-Olvídalo Ale, no voy a seguir viéndolo.
-No te entiendo. Es la primera vez que te veo tan feliz con un hombre y ahora quieres librarte de él, ¿por qué?

Miedo a decepcionarlo, a no saber quererlo, a llevar mal la relación simplemente por inexperiencia, miedo a que sepa todo el mundo que aquel fue su primer beso, a los veintisiete...

-Prima, no hace falta experiencia para llevar bien una relación.
-Pero ese beso fue tan perfecto y me dio pena tal vez haberlo hecho mal... A veces desearía ser una de esas chicas que tienen un mínimo de tres enamorados por año, de aquella que han besado hasta decir basta...
-Vamos prima. Si esos chicos tienen cuatro o tres enamoradas de esas, ¿no crees que las dejan porque no valen la pena?
Sofía levanta la cabeza y ve sus ojos claros, como los de su madre, los que nunca pudo heredar. Quien sabe la sabiduría que aun falta descubrir en aquella sencillez.
-Entonces, ¿crees que me quiere?, ¿creerá que soy especial?
Y Alejandra la levantó y se la llevó a jugar. No hace falta responder a lo evidente.




PD: Gracias Alejandra por cuidarme tan bien, sé que cuidarás igual de bien a Sofía :)

miércoles, 20 de mayo de 2009

In the shadows [remembranzas de un apagón]

Y como dice el Maestro: al fin y al cabo, nadie te hará homenaje cuando mueras un lunes por la tarde.



Ayer caminaba por el centro y me dió miedo ver lo dependientes que llegamos a ser de nuestros propios esclavos tecnológicos, y a veces no tan modernos.

El AMO del hombre es LA LUZ.

Estaba entrevistando a alguien para recolectar datos de un proyecto en el que estoy metido hace un tiempo y ¡caramba! El mundo desaparecio y la luz se volvió solamente una mancha en los ojos. La reacción de ella fue levantarse para irse, pero ¿a dónde? al fin y al cabo, no podía ver a donde dirigirse por más que conociese esa oficina, asi que salimos calmados.

La calle era un tanto caótica. Los autos carnívoros esperando víctimas a quienes atropellar, los carteristas agradeciendo al Señor por haber adelantado la Navidad y saqueando a montones mientras las señoras gordas atraían a sus seres queridos para protegerlos de los secuestradores. Los niños caminan cogidos de la pierna del padre y los policias ya no son autoridad en tierra de nadie. Pasa una chica de hermosa silueta por la sombra y me mira a los ojos: su mirada está contraida y sus pasos son cautelosos, como si yo fuese el lobo a punto de saltar de una tienda y no ella el oso a punto de entrar a robar comida. Pasan unos minutos y cae pronto el peso de tener que aparentar calma, una vela brilla lejos y comienzan a rondar los rumores, porque esos chicos corren, seguro choro, y esa niña debatiendose, ¿será su enamorado o quien?

Ahora veo que por más que haya avanzado la ciencia, aún no hemos podido curar ese miedo patológico a la oscuridad. Es casi como pedirme cesar esa necesidad de tener un motivo para ser romántico, yo, un animal de los cautelosos que caminó rápido por San Francisco buscando luz, buscando uno de esos chicos con celular para hacer una llamada porque pense en ella, y donde estaría, ¿tendría luz? ¿con quien estaría?

Un empujón cerca mío y no me preocupo porque asegure bien mi mochila antes de salir. Arequipa tiene calles estrechas y mucha gente afluye en las tardes al centro a literalmente 'perder el tiempo' Confieso que la paso mal y no se como puedo caminar tanto. Media hora. Se derrite el poco aire que me queda y veo que mucha gente ha entrado en exilio voluntario escondiendose, huyendo, tomando un taxi que nunca avanza porque ni los taxis iluminan la pista invandida por personas desesperadas. No insistan en lo que les hace daño señores, salgan de ese caos y entreguenme un celular que tengo que oir su voz.

Ya toque fondo. Me echo la culpa en todo porque no puedo hacerla sonreir siempre. No me importa si no me quiere, soy romántico por naturaleza y lo primordial en mi vida es tener a alguien por quien escribir, como dijo Eterna:


Todo artista necesita una musa.


Ojala pueda librarme de esto. Encontre telefono pero no contestó y aún sigo en vilo de como estará. Pido perdón por las letras respectivas al miedo, pero el ser humano no es nada superior a los animales comunes, sólo tiene un poco de ventaja...

sábado, 16 de mayo de 2009

La cordura en los ángeles y bombones a pedido

Le doy a la vida un golpe más y revienta cual niño sin chocolate.

Mi presentación va a ser fantástica y nada creible. Soy un ángel, no de esos que aparecen en la Biblia, sino de los que existen y hacen de guardianes del mundo invisible. Mi nombre es Gabriel y vendo los sueños de las personas por un precio razonable: el justo, el que les costaría en varios años de trabajo y dedicación.
Recuerdo a esa pequeña, la del diario, la pequeña Ana. Clamaba por un cambio de mundo que trajera lo mejor de las personas y cuando le propuse cambiar todo eso se negó a pagar el precio: permanecer con su familia. Fue así como se inició su martirio, su diario, su historia inmortal. No todos corrieron esa misma suerte; en Brasil (con ese, no con zeta como lo escriben aquellos señores que se creen dueños del mundo) hubo un escritor dispuesto a todo por obtener fama y fortuna y se la concedí a cambio de un precio fácil: adoración de la Bestia y propagación del Rito Sagrado. Coelho lo hizo así y luego se arrepintió hasta el extremo de querer lavar todos sus pecados en agua cuando ya eran tatuaje indeleble en su alma.

Un día un joven quería enamorar a su amada y me ofreció fortuna y poder terrenal. Pobre iluso. Aún así le pedí otra cosa: la desaparición de su legado a cambio de una vida de felicidad plena con su amada.

Nadie entiende a estos mortales, dijo que no y aún así pocos han oido hablar de Tesla.
Otro enigma fue Jesús, el que ustedes llaman Cristo. Le ofrecí el reino del mundo por una postración, le ofrecí salvar a su pueblo a cambio de un milagro en Roma, y hasta le ofrecí salvarlo de la muerte pero igual se negó: prefirió vivir todo el sufrimiento antes que dejarse ayudar por un vendedor, un simple negociante que hace la vida más fácil.
Vienen a mi mente miles de recuerdos y no sé cuál relata más exactamente mi historia: la vez en que dejé ganar a trescientos hoplitas a cambio de la vida de un héroe verdadero, cuando tiré una mnzana a la cabeza de un copión que me dió a cambio su felicidad con tal de ser recordado o la vez en que devolví de la muerte a aquel joven chileno a cambio de la vida de su madre, todo siempre en intercambio equivalente, todo regido por justicia.
Pero es obvio el momento del que quiero hablarles y pido perdón por mi extensión. Soy un ángel que cambia la felicidad por un precio equivalente y ahora encuentro la felicidad a mi alcance: en aquella joven hermosa que atiende en el Banco de la Nación.
Su nombre es Sofía y es hermosa no sólo en cuerpo, también en alma y corazón. Su vida es monótona y sin razón, sin saber que está destinada a conocer el amor a cambio de precio tan alto que hará su historia digna de ser contada.
Ella es común en pensamiento y sencilla en gustos: le gustan los chicos altos y aguerridos, los tallarines que no se pegan y las camisas que le dan esa sensación de frescura. Le gusta sentirse admirada por los chicos por la calle y camina provocativamente, como quien luce una mercadería, como quien se sabe el último pan del mundo. Y se lo merece, a poco un mortal se enamorará de ella, la seducirá con caballerosidad [esa que se acostumbraba antes], con salidas, cocteles y pequeños paseos a callejones. Y yo habré desaparecido...
-¿Por qué no intentas conquistarla tu también?
La gente que los mira al pasar se sorprende de la escena. Un joven de veinte (quizas veintiuno) de camisa blanca impecable, conversando con un orate (ni siquiera un mendigo, sino de esos locos que les pasan mano a las chicas y les faltan el respeto a los curas). Y el orate, que a pesar de ser conocido por mostrar su miembro viril frente a las escolares y perseguirlas y rayar los vidrios de los autos con piedras por diversión, parecía tan cuerdo al hablar, tan culto, tan comprensivo...
-Porque un ángel no puede interferir en el destino de los mortales.
-Claro que si choche. Tú te metiste a anunciar al cristo ese y ahora me diste un poco de chocolate para que no me muriese de hambre. Si te gusta la flaquita, ve y dicelo, asi no tengas permiso, asi se enoje tu jefe, el de arriba.
Y el joven se levantó y caminó. Esa misma mañana le había entregado el bombón y ahora caminaba pensando, reflexionando, riendo y llorando.
Han pasado dos semanas y sigue caminando. Ahora, según su interlocutor, los ángeles están dementes y él es el cuerdo.


No es tan fácil,
cuando tu jefe es el cosmos entero,
aquel que guía los destinos...

martes, 12 de mayo de 2009

Coherentemente feliz [La Maldita Primavera]

PREÁMBULO: Disculpen la extensión de este pedazo de vida, pero era necesario, era inamovible en la secuencia que trato de establecer. Prometo esmerarme más para que el próximo escenario no sea tan pesado como creo que este resulta ser.





Sofía tararea felizmente Fuera de mí de La Ley. Aunque no sea devota del grupo chileno, ha tarareado la canción más de diez veces ya desde que llegó a la fiesta por lo que ya deben haber pasado aproximadamente más de cincuenta minutos.
Antes, ella medía el tiempo en nubes. Era cuando Arequipa todavía no tenía un cielo tan opaco y se podían ver las nubes blancas caminar por el cielo. Ella se guiaba de las nubes de la mañana y les tomaba el tiempo, así tenía una referencia para las nubes de la tarde y fácilmente podía decir que hora era quedándose un momento abstraida mirando al cielo.
Siempre perdía el tiempo en pequeños pensamientos basados en observaciones comprobadas. Según Sofía, las plantas siempre saben cuando va a llover, ¿y cómo lo sabe ella?
Hay días en que ella mirando a las plantas decide salir de casa con un paraguas, a pesar de hacer mucho calor, a pesar de ser Agosto. Y otros en los que las nubes amenazan y el viento intimida, ella decide salir sin chompa como le gusta salir: desabrigada y desafiando a la H1N1.
-El secreto es que cuando va a llover, las plantas voltean sus hojas silenciosamente, de a poquitos para que nadie se dé cuenta.
-Eso es absurdo,- dice una señora que oye la conversación en medio del bullicio de la fiesta.- Las plantas no pueden hacer eso.
-Claro que pueden. Por eso a veces vemos sus hojas más oscuras de lo normal: es porque nos enseñan el lado al que no le suele caer el sol.
Por lo que la dejan de nuevo en el rincón. Ahora tararea La Maldita Primavera pero no en la versión original de José Luis Perales ni en la de Yuri, tan típica y malversada, sino en la versión de Javiera Parra ya que así le gustó la canción. Sofía es de esas chicas que se enamoran de una canción y la repiten hasta decir basta y luego la dejan pero les dejan un pequeño lugar en su corazón. Guarda espacio y sigue pasando el tiempo mientras ella sigue tarareando canciones que nada tienen que ver con la chicha que se escucha de fondo.
-Estás distraida.
Y mientras ella cantaba el coro de Bizarre Love Triangle descubre a Gonzalo junto a ella. Si, Gonzalo. Ya dejo de ser el Señor Lastarria para pasar a ser Gonzalo, todo a fuerza de familiaridad inducida.
-Estoy un poco volada, eso es todo.
Ahora deja de tararear para mirarlo atentamente. ¿Por qué hay hombres de treinta años tan perfectos y solteros? Algo debe haber porque a este ya lo hubieran caz/sado hace tiempo.
-Te quería hablar de algo Sofí. Sé que no es el momento ni el lugar adecuado pero creo que ya no hay más tiempo para postergarlo.
¡Y se le declaró! El hombre más codiciado de la compañía, el hombre perfecto, que tenía a todas las cajeras muriendo de amor, el señor biceps perfectos y sonrisa brillante se le declaraba a la única chica que no tenía más amigos en la compañía que al señor de la vigilancia, ¿por qué a ella? ¿por qué me escoge? pensaba Sofía.
Habrá pensado que me insinuo a veces, seguramente por no usar chompa. O tal vez le guste de verdad. Si, puede que se haya enamorado de mí y no haya dicho nada todo este tiempo.
O puede que sea de esos tipos que se aprovechan de las chicas solitarias como yo para satisfacerse... sería lo último que me podría esperar después de lo que pasó...
No puede ser tan vil. Viene a recogerme todos los días. Me mira con pasión a veces aunque yo intente negarlo, ahora lo sé. ¿De verdad me quiere?
¡Dios mio! Está mirándome, ¿qué hago?
-De verdad estás volada. Llevas cinco minutos en silencio.
-...
-Discúlpame de verdad, no creí que lo tomarías así...
-No, no es eso.
Y pensó en el chico que le regaló el bombón. ¿Hasta cuándo dejaría de pensar en él?
-Por favor, déjame ser coherentemente feliz a tu lado.
Escogió bien la palabra este hombre, porque ahora picó la curiosidad de ella.
-¿Coherentemente?
-El ser humano es un animal que necesita satisfacer sus necesidades fisiológicas y sociales. Necesita de los demás pero la preocupación primordial de cada ser en la naturaleza en su propia supervivencia, no la de una persona aleatoria, y ni siquiera su supervivencia sino su felicidad. ¿Es lógico estar satisfecho con la sonrisa de otra persona? Es una felicidad incoherente sentirme feliz de que tú llegues al trabajo feliz en tu camisa y tu falda gris. Es incoherente acompañarte a veces en tus paseos por esos callejones de tu distrito y sentirme dichoso. Es totalmente incoherente creerme en el paraiso con el simple hecho de saberte mirándome de reojo. Déjame darle lógica a esa felicidad. Déjame darle una excusa y poder decir que yo soy el mismo que hizo Dios para hacerte feliz...



Sofía pensó inmediatamente en el maestro Arjona: no hay más vuelta de hoja, aquí empieza una historia te guste o no, tierna mariposa... y sin embargo él la seguía viendo con esa ternura permisible. Inclusive con el chico sin nombre en mente, ni ella ni cualquier mujer podría resistirse a esa propuesta.




Y a partir de ese día, Sofía le dió coherencia a sus sonrisas [besos, abrazos, caricias...]


No te muestro
lo que hay en mi intimidad

porque tendría que matarte
o amarte para siempre...

domingo, 10 de mayo de 2009

De callejones sin remedio y el hombre que espera

Puedo sentir la oscuridad mas no tu ausencia...




Sofía conserva un gusto fino por los placeres sutiles. Le gusta levantarse temprano y bañarse con agua helada para salir fresca durante la mañana y recibir al sol jubilosa. Prepara siempre un delicioso arroz con leche y se le va el alma jugando con la cucharita en él hasta que decide llevárselo a su vecina Isabel, la ex-bailarina. Sale a la calle sin chompa y la mujeres la miran indignadas, como puede mostrar así sus pechos, dicen las jóvenes, como puede andar sin abrigarse, dicen las mayores, como es de bonita esa chica, dicen las niñas al igual que los hombres.
Le gusta caminar por los callejones esos de Yanahuara donde sólo hay parejas y de todos los tipos: las románticas (con el chico recitando o entregándole flores), las cariñosas (que no dejan de besarse y Sofía no se explica como pueden respirar), las enfrentadas (que seguro uno de ellos está enojado con el otro pero aún así no puede dejarlo) y las parejas raras que siempre le dejarán la duda: los bisexuales (¿a quién engañan? O son de una o son de otro)
Le encanta escuchar esas conversaciones vacias, tan superficiales donde los te quiero abundan y todo son sonrisas cansadas y repetidas. A veces Sofía desea ser una de esas chicas que tienen un mínimo de tres enamorados por año, de aquella que han besado hasta decir basta y que se 'enamoran perdidamente' de alguien sólo para cansarse a los dos o tres meses.
A veces quisiera ser de esas chicas que tienen relaciones porque el enamorado las obliga porque sino les dice que no lo quiere, que si lo hiciese lo demostraría. A veces quisiera ser un poco más normal y ser virgen a los 27 en un país donde la santidad no se vende y sólo el vivo y la mujer regalada triunfan...
Pero cae de nuevo. Siempre se tropieza en ese último escalón de su casa porque anda distraida pensando lo mismo, siempre lo mismo. Pero hoy hubo algo diferente. Es su jefe.
La espera ahora cada día desde el incidente. Él la llevo al hospital e hizo la denuncia en la comisaría. Él la cuida día y noche, la lleva al trabajo y la devuelve a su casa. De verdad el señor Lastarria es un caballero de armadura brillante que no entiende que a ella le gusta otro chico, uno que le regaló un bombón y le dijo que era la chica más hermosa que él haya encontrado en dieciseis mil años.
A veces nos enamoramos de personas que nunca más vamos a ver pero que más da...




I believe in your smile everyday
coz i don't have a future
coz i can't see you sad

sábado, 2 de mayo de 2009

Abominaciones unidas

Ante el estrado de Dios,la gente declarasu falta de valentía...

Agustín Cáceres
Yo lo ví levantarse temprano y salir como siempre: despeinado y con el polo eterno. Olía a sexo, igual que las mujeres esas del callejón rosa. Fue directo al mercado onde la Meche y pidió el ceviche de siempre, combinándolo con esos jugos de luca china. Salió un poco más alegre por las cumbias de la radio y salió a la rutina de siempre: pedir prestado del público su dinero con despecho al portador. Robaba a los canillitas, a los ancianos, a los hippies que invaden Arequipa cada vez más, manoseaba a las flacas de la Universidad y se hacía el cobarde frente al serenazgo. Es un ladrón de poca monta y no merece el crédito que le dan.

Carlos Ponce
Era tarde y llovía. Imagino que pasó la mañana y la tarde como siempre: quitando carteras y pegándole a maricones. Lo ví saliendo de la pollería y buscando con los ojos alguna mujerzuela con quien animar la noche cuando la vió: era joven y hermosa, de esas ejecutivas que caminan siempre por el centro. Me acerqué a advertirle que tomase un taxi, que era una zona peligrosa para alguien como ella pero él fue más veloz, se le acercó y me miró con esos ojos de demonio...Tuve que irme porque yo no hubiera podido hacer nada, como ve, estoy en mis ochentas pero si hubiera podido le hubiera dado una paliza por ratero...

Luis y Julia Paredes
Él se crío solo. Recuerdo que antes jugábamos futbol con él, el mono y el chato. Solíamos ser muy unidos, en especial después de que al chato lo mataron unos malditos de San Camilo. Tú entonces eras chiquita y jugabas con nosotros.
Si, pero luego se volvieron toscos y empezó la secundaria...
Él siempre fue el más conflictivo. No había salida en que no se cogiese a golpes con alguien, ni día en que no lo llevaran a la dirección para darle una buena zurra. Las chicas le huían porque nunca se bañaba y él las veía como trofeos: con ansia en los ojos, como un fuego...
Era un mañoso.
Si, eso era. Al acabar cuarto de secundaria no pudo estar más con nosotros porque jaló el muy bruto y los curas lo botaron del albergue porque embarazó a una chibola de trece años. Se las vió verdes pero cuando estaba en la U lo ví, más flaco y más alto, con los mismos puños y su mirada de combatir al mundo él solo. Lo reconocí y lo saludé pero yo no existía para él: me pidió pa su pasaje y se largó.
Para que veas que esa gente no reconoce ni a los amigos. No me gusta que lo recuerdes, a mí me pasó mano varias veces y lo odio
.Olvídalo...


Kusi Choqueneira
Y la escuché gritar. Abrí la ventana pa ver que era y ví como forcejeaba el bruto con esa chica tan bonita señor, era bonita como la mamita de Chapi. Ella escondía sus tetas entre los brazos y él la jaloneaba de la cintura mientras la llevaba al fondo del callejón, gritaba por ayuda y salí a llamar a alguien pero no había nadie, solo Don Carlos que ya se lo iba en su coche, ese, el rojo. Le grité pero igual se fue nomás. Así que fuí al teléfono público que había ahi a dos cuadras señor y lo llamé al serenazgo y me dijeron que ya venían y yo me fuí tranquila nomás a mi casa, pero cuando me dí cuenta no me habían preguntado dónde era ni nada...Siempre se me olvida que los policias son unos putos...

Gonzalo Lastarria
Llegué a su casa preocupado. Había rehusado que la acompañe del trabajo hasta su casa, supongo que tendría algo que hacer. La llamé repetidamente toda la noche a su celular y cuando llamé a su casa nadie contestó. Me estaba preocupando y no sabía que hacer ya que ayer salimos muy tarde de la oficina.
Encontré la puerta junta y entré nervioso llamándola.
El llanto me llevó hasta su cuarto, entré y la vi en la puerta del baño, botada y sollozando aún: estaba desnuda y con una toalla pequeñísima intentaba cubrirse en medio suelo.
-¿Qué pasó?
Y ella lloraba. Cuando la levanté y la puse en la cama me miró como implorándome perdón y me dijo:

-ESTOY SUCIA.


Juro que no descansaré hasta ver a ese malnacido muerto.

viernes, 1 de mayo de 2009

decepción

Fue la tinta en su piel la que delataba su intención: amarla para siempre, no alejarse de lo que es y mucho menos dejarse ganar por el ocio sin antes luchar por ella.
No se creyó especial para/con ella pero igual luchó para hacerla subir hasta las nubes.
Luchó cada minuto queriéndola cada segundo para mostrarle el Edén ganándose algo más sin avisar, un beso, un abrazo, carente de verdad, que ingenuo, su torpeza abrumadora era tierna como un cachorro.
Rematándose por última vez
rebajándose hasta el final
llorando sin lágrimas
y sin ganas de llorar
por costumbre
por simple afinidad
que ahora ella lo condena
y
él se deja violentar
pobre corazón marchito
Y sin verguenza,
ella lo olvidó,
y él ...


que mediocre






PD: Disculpen la falta de inspiración. Tenía ganas de escribirlo mejor pero estoy tan ocupado..
Espero volver a ponerme aquí de forma más esmerada :)