jueves, 31 de diciembre de 2009

Sueños

Aún espero la lluvia para que borre dudas aquí, aún espero la casualidad más grande de mi vida para que consuma todo y me libere de esta prisión mental.
Soy un eneatipo cuatro, me la paso enganchado al pasado analizando cada pedazo, cada palabra, cada hecho que pasó, pudo ser y lo que hubiese sucedido de haber sido. Mi mente es destructiva en sí misma, sola y en su estado natural encuentra sosiego en sueños extraños como el de anoche.

Era una patio gigantesco, casi un parque pero de alguna forma yo sabía que tenía límites (no los veía ni percibía, pero sabía que ese jardín no era eterno). El maestro Borges nos guió por cada una de las celdas sin rejas que estaban repartidas por el campo, en algunas había una o más personas, pero todas en conductas abstrayentes, algunas trepando por una cuerda sostenida de la nada, otros armando castillos de arena con material inexistente y otros tantos haciendo teatro de objetos inanimados (me llamó la atención un anciano que pretendía ser una silla y de verdad lo parecía.) Una niña pequeña, quizas tú a los cinco años por la voz y la carita perfecta preguntó que hacían.
-Intentan ser felices. Todos lo hacemos, pero ellos están cercanos a lograrlo.
Seguimos caminando y la gente comía tierra, se colgaba cabeza abajo de los árboles y otros flotaban sobre ellos. Una mujer levantaba piedras con la voluntad mientras jugaba ajedrez con un niño sin brillo en los ojos. No pude detener mi curiosidad y le pregunté qué era aquel chiquillo.
-¿Él? No es nada, es una disfunción cerebral de tu recuerdo de Daniel Thomas, el único amigo que tuviste de pequeño y que fue real del todo.
Recuerdo el nombre y me estremezco, me doy cuenta de que todo es un sueño, que Borges es ficticio y lo sabe y me da escalofríos sentirlo tan real.
Llegamos hasta una casita pequeña, miserable (¿deberé agregar que apenas se sostenía o el lector lo adivina?) Borges nos hizo acercar a la ventana mientras nos anunciaba el invento más grande del mundo, el control mental de la masa y la vida. Cuando me asomé me dí cuenta que mi cuerpo estaba en la camilla y no desde la ventana observando, y cuando me dí cuenta estaba adentro del cuarto recostado mirando a los extraños, como turistas en un zoológico, como doctores ante un tumor. Borges pidió silencio mientras decía que yo había muerto de mala impresión, de un sueño que creí real y que terminó desbaratando mi sistema nervioso acabándome al mismo tiempo en el mundo onírico y el mundo físico. Quise protestar y no podía moverme, no podía hablar y no podía ver el espectáculo: Lucía siempre me dijo que la muerte era quedarse ciego y así era efectivamente, con la consecuente parálisis de los sentidos. Fue cuando sucedió. Mi mente dejó de pertenecerme y mi cuerpo también. Yo solamente era un testigo más del espectáculo de ver al Bibliotecario del jardín de senderos que se bifurcan, era su marioneta y hasta pensaba lo que él quería, hablaba lo que él deseaba y me movía como él ordenaba. Intenté luchar contra su mente pero ganó sin esfuerzo. Me obligó a pararme de manos y caí, me golpeé la cabeza y me levanté sin dolor alguno; luego levanté un cuchillo del suelo y procedí a cortarme la muñeca izquierda no en el sentido de ella, sino por el camino de las venas azules que llegan a mi mano. Yo no pensaba, era solamente el títere obediente, la mascota de la voluntad de un ser atemporal marcado por la filosofía del mundo...

Fue cuando desperté sudando. Hacía frío y yo seguía desnudo en mi cama, pensando por mí mismo, hablando por mí mismo. Miré a todos lados en esa oscuridad insondable, llamé al maestro Borges y nadie, ni siquiera mi subconsciente respondió; estaba solamente la noche, la oscuridad, el sonido del viento a través de las cortinas y mi respiración agitada.
Todo había sido un maldito sueño pero, ¿por qué tenía un golpe en la cabeza y un corte en la muñeca?


PD: Estó sucedió en mayo. No puedo negar mi fascinación por Borges, pero mi admiración llegó a su cumbre después de este incidente inexplicable... No quise hacer un recuento de este año, ha sido tan bueno que sé que el que viene será mejor. Te deseo lo mejor querido lector!!

viernes, 25 de diciembre de 2009

Por ti (de Navidades e ilusiones)

Cuanto me gustaría escribirte un poema de esos que desarman, de esos que te harían caer rendida. Me gustaría tener buena voz y cantarte una canción de amor, de aquellas que te conmueven, de las que nos hacen recordar 'il postino' y los caprichos de Neruda.
Daría tanto por ser el galán que deseas, el que te dé seguridad y domine la situación, el que vive sin obsesiones y sin mirar nunca atrás. Me invitas a ser parte de tu vida?
Solamente que si lo haces, no te arrepientas por favor.

bueno yo soy d la idea de sperar igual vamos a estar juntos no?? depaso me conoces mas yo soy bien brava despues tu mama me va a odiar x malearte jajaj

Es como cada vez que te veo, me esfuerzo en ponerme guapo para ti, en parecer un 9 a tu lado (10 perfecto), tú, la chica nítida de mis sueños, la que Perales llamaría gente maravillosa.

Eres todo lo que quiero por navidad.


SMS recibido el 24/12/2009 08:59:44 AM

jesús te dió tu super y maravilloso regalo en noviembre :-D


Vaya que me gané con el regalazo adelantado ;)
Feliz Navidad para todos!!

Escuchando: Aterciopelados - Bolero falaz

jueves, 17 de diciembre de 2009

Niños

Jesús llega feliz a casa y corre donde su madre.
-¡Mamá! ¡Tengo mi chica, tengo mi chica!
-¿Cómo que tienes tu chica? ¿Te refieres a una enamorada?
-Si mamá, es mi chica.
Y mi tia Blenda sonríe. Que ternura saber que su niño de tres años ya se ilusiona de es forma y está tan feliz de querer a alguien. [...]
-Cuéntame, quien es.
-Se llama Sofía. Se sienta a mi lado y hoy día le dije que me gustaba y ella también me dijo que yo le gustaba!
-Me alegro hijo.
-Luego fuimos a jugar juntos y no nos soltabamos la mano. Joel se burló pero lo empujé para que se callara.
-Tampoco creo que debas hacer eso en el jardín Jesús.
Hizo un gesto de a quien le importa y se fue quitando el mandil.
-Luego le regalé mi cruz.
Fue cuando el color se le subió a Blenda y lo miró allí, inocente regalando una cruz de ciento treinta y ocho soles.
-¿Por qué hiciste eso?
-Porque quería.
-¿Estás loco? Me costó mucho comprartela, quería que la tengas y te dije que...
-Que Diosito me iba a cuidar y que tu siempre ibas a estar conmigo.
-Entonces, ¿por qué la regalaste?
-Yo no suelo preguntar porque no está papá. No lo hago porque no quiero incomodarte pero yo también quiero querer a alguien, vas a ver que vamos a ser muy felices porque ella me dió su corazón y yo también quería darle algo valioso, aunque creo que aun debería darle más...
Es entonces que Blenda ya no dice nada porque no hay nada más que pueda decir. Se le olvida a veces que la felicidad está en la inocencia.


PD: Gracias nee-chan por darme la historia. Que tu hermanito sea muuy feliz con su chica ;)

lunes, 14 de diciembre de 2009

whispering

A pesar del poco tiempo, me doy cuenta que eres todo lo que conozco de amor..

Son tantas las cosas que quiero preguntarte, tantas las anécdotas que quiero hacerte partícipe, tantas las sonrisas reservadas. Siento que si no aprovechamos bien el tiempo tal vez nos falte demasiado, que nos vemos 2/7 de semana y es más que suficiente para aguantar todo lo que sucede en el trabajo, en el hogar, en el instituto y en el maldito universo. Podría coger cualquier maldita combi con tal de un abrazo más, con tal de hacer que no existe mañana y nos quedemos pegados como lapa (te robo tus palabras) como si fuese el último abrazo, como si te fuese a marchar de viaje de nuevo o yo a alguna práctica disparatada.
¿Son esos abrazos miedo a perder? Tal vez, es demasiado pronto para juzgar. Quiero abrazarte y haecrte olvidar todo, quiero poder tenerte tan cerca y hacerte sonreir, sentir que las tardes son tan cortas aun siendo verano, ver las horas volar de solamente respirar tu esencia (porque no hay que ser Jean-Baptiste Grenouille para diferenciarte)
Siempre me quedo sin palabras contigo, siempre olvido decirte lo mucho que te quiero. Quiero decirte lo realmente importante y se me va la cabeza en cosas pequeñas, como sentir el calor de tu cuello, tus besos traviesos y acariciar tus brazos torneados. Me desconcentro al tenerte asi que ya no puedo recordar datos estadísticos ni historias de Patton o de Onassis. Dejas mi mente sin dirección y me vuelvo daltónico para ver un solo color: el tuyo.


Déjame quererte tanto
que ya no diferenciarás tu mano de la mía.




PD: Me está empezando a gustar la naranja señorita ;)
PD2: Este es un recado de esos que nacen del corazón. Una de las mejores personas que he conocido me pidió que lo adjuntase y aqui está:

Tu amigo Fer te extraña Nataly

Esta frase es el resumen de ruegos y desesperanzas de una ida que demora la vuelta. Si lees esto, déjame decirte que aquí el joven espera su regreso pronto y le desea la mejor de las vacaciones.

viernes, 11 de diciembre de 2009

I don't want to peg for food

¿Qué diría un ángel?
Este demonio quiere saber...

Cuando chico encontré un pequeño libro entre los textos universitarios de mi madre. Era delgado, como de setenta hojas y blanco sin forro. Me atrajo el nombre, tan docto para mi inteligencia pueril y me obligue a leer algo que influiría gravemetne en mi vida: se trataba del Manifiesto del Partido Comunista.
Me gustó una fotografía del libro original, aquel en almén, me gustó el pensamiento libre y sobre todo la explicació de que la historia era una tonta lucha de clases, siempre el oprimido contra el opresor. Le pregunté a mi madre por qué no se luchaba por esa idea de una sociedad sin clses, sin diferencias, donde todos tengan los mismos derechos y no haya la gran diferenciacion de trato existente sobre todo en mi pais. Me respondió:

- Porque es una utopía y todos prefieren tirar por su lado.

Desde pequeño no me interesó el dinero, no por bondad o falta de materialismo, sino porque nunca lo tuve. Yo fui de esos niños que veían una propina cada dos años, cuando la abuela venía a la ciudad desde su chacra. En navidad nos sentabamos y hasta hoy en día navidad significa para mí dos cosas: el recordatorio del nacimiento de una nueva era (porque para mí el año nuevo empieza el 25 de diciembre) y sobre todo una cena con mucha ensalada.

[Vale aclarar lo implícito: en mi casa casi nunca hubo regalos de navidad y mucho menos cenas elegantes, una presa de pollo está bien o un revuelto de ensalada con arroz]

Mi hermana y yo nunca nos hemos quejado, hemos sido felices comiendo menestras y detestando los bistecks no porque nos cause repulsión comer algo con cara, sino por falta de costumbre. Y es que hay que ver lo cara que es la carne para entender dicho racionamiento de mi madre al criarnos en lentejas y lechugas.
Claro que el asunto monetario no se limitó a la comida. Las casas en las que he vivido han sido numerosas, lo malo del negocio inmobiliario en nuestro pais (lo pueden confirmar los que alquilan) es que cada mes el casero desea subir diez solsitos más, total, ¿qué son diez soles?
La ropa es repetitiva. Fui famoso en el colegio y ahora en el instituto (ya lo he oido sin querer) de ser el chico uniformado: siempre usando la misma vestimenta. ¿Qué les interesa? Yo vivo lo mío, ¿porque tienen que fijarse que mi buzo azul (el último que me queda) tiene un agujero por la pierna?
Pero eso no es lo peor. Mucha gente lo calla educadamente y lo deja pasar, pero lo que no perdonan es que no los acompañes a sus actividades extra. Pongo ejemplo del colegio: mis amigos iban al cine una vez por mes al menos y siempre me invitaban. Yo habré asistido dos o tres veces con ellos y que decían? Tacaño. En la mente limitada de un crío no entra que uno no pueda tener veinte soles. Y si uno no los posee, ¿acaso tus padres no tienen? Y eso si no lo creen. ¿Habría sido apropiado contarles cuando de chico mi madre ayunaba por darnos de comer y eso originó su enfermedad? A veces me imaginaba la cara que pondrían cuando les dijese que nuestra refrigeradora andaba vacia por semanas, ahorrando energía de la ausencia de poder hacer el mercado. ¿Qué hubieran dicho de saber que aún tenía un televisor a blanco y negro?
No importa. Los perdonaba siempre porque eran como yo niños, era sencillo no conocer esos extremos y su inocencia pecaba de atrevida. El problema es ahora, cuando esa situación se repite con personas de veintitantos años.
Porque claro, Náquira es un tacaño sonaría más delicado pero no. Dicen que soy egocéntrico, que soy un creido y que los veo como poca cosa. Para ellos es imposible no tener veinte soles para salir a tomar unas 'aguas'
Hoy la situación me tocó hondamente. No sé si será su inocencia pero mi amiga me comprometió a ese almuerzo de despedida de la clase. Hoy mi último día de clases en el instituto tenía que ser perfecto pero me lo opacaron. De frente me atacaron con que tenía que pagar y me dolió...

[recuerdo nitídamente la última vez. Pidieron para una camiseta y yo no tenía. Decían que era un conchudo, un avaro porque no quería pagar y al fin dije: no tengo plata. Las risas llegaron y empezaron con el comentario que más me ha dolido en mi vida: 'que acaso comes dos veces a la semana y vives en una estera?']

No voy a asistir a ese almuerzo porque de verdad no tengo dinero, pero para ellos YO NO QUIERO ASISTIR. Me duele no poder compartir un último día con esos extraños, con aquellas personas que han sido parte de mi vida los últimos tres años y lo peor, no les interesa que yo vaya porque piensan que no quiero verlos...




Lo siento amigo lector si has venido a encontrar historias aqui. Este blog se hizo para ser el paño de lágrimas que difícilmente aguanto. Cada vez que escribo algo, dejo el sentimiento ahogado y puedo seguir, cada vez que me atormenta una idea la acometo en código binario y la plasmo aquí, donde queda tan expuesta que se vuelve impersonal y deja mi alma limpia. Es cierto que escribo muchas historias que mi cabeza hila pero también desfogo la impotencia ante este mundo capitalista donde impera la belleza, el dinero y el poder.
Al fin y al cabo, este blog fue creado para limpiar mis dudas, para matar el ansia. Pido perdón de nuevo al lector expectante.

martes, 8 de diciembre de 2009

Eres la que me gusta despeinar (por más mal que suene)

Estamos en una epoca relativista. Podemos remitirnos al periodo clásico, cuando todo era ciencia, cuando los filósofos confiaban más en los hechos probados hasta que llegó Cristo y doctrina apaga luces.
Todo se volvió fe. Todo se convirtió en doctrina y se apagó la iluminación por muchos siglos, por muchos siglos nos vimos estancados, por muchos siglos la Iglesia apagó el crecimiento pero nos hizo más ricos espritualmente.
¿Valía?
Tal vez. Llegó el renacimiento, llegó el nuevo pensamiento y las nuevas ideologías. Cada quien escogía como pensar y de repente veía su vida regida por principios que lo iluminaban. Marxismo, capitalismo, imperialismo, toda ideología empezó a demarcar su territorio en el mundo, dijiste que estabas satisfecho, Dios, nos dejaste en un mar de confusión...
Fue cuando surgieron estos movimientos flojos, de jóvenes cansados de tanto luchar, de gente arta de ver guerra, división, que querían amor y amistad; claro ejemplo, los hippies, el mayo francés.
¿Qué hacemos para mantener el mundo unido? El amor quiere ganar pero no se puede darle fácilmente todo. Es cuando llegamos a este punto, nuestra época actual de relativismo, donde ninguna verdad es absoluta, donde cada punto de vista es un mundo, una sentencia verdadera dependiendo del lado en que se vea.
Es mejor así. Yo soy católico, tu guerrillero. No hacemos guerra, nos respetamos porque al fin y al cabo, solamente son puntos de vista. Estamos en una época donde el facilismo es lo más sencillo, donde importa lo que uno siente a pesar de lo contradictorio. Ejemplo: ser católico pero seguir el tarot o bien ir a misa todos los domingos después de haber fornicado los sábados.
Uno vive con lo que siente su verdad, con lo que le gusta, con lo que hace sentir cómodo siempre que no viole el derecho de los demás a ser felices. Es allí donde entra mi verdad, mi única verdad absoluta, la que me hace vivir en paz: TE QUIERO.
Nos conocimos en agosto del dos mil seis. ¿Hubiera sido lo mismo si nos hubieramos besado desde el comienzo?
No sería lo mismo. Tenias que darme guerra al fin y al cabo. Tenías que conocerme, tenía que aprender lo hermosa que es tu sonrisa, tu complicidad de parrandas y caidas vergonzosas, tus secretos de escándalos laborales y tus abrazos.
Me gusta estar contigo, me hace ver que todo esfuerzo tiene recompensa, que toda alegría se dispersa. Ahora ando siempre de buen humor (pregúntale a mi madre, a mis amigos). Siento que llegué a ese momento de mi vida que se convertirá en mi credo, en el que creo en tí, en tus abrazos, en tu forma didáctica de enseñarme a morder el labio durante la cual me siento como un criminal, buscando defensa en el aire que nos rodea y que a pocos se escapa...
Puedo vivir con todo este cargo de conciencia. Si hubieramos vivido en otra época tendriamos que pegarnos a alguna doctrina. Si los hippies no hubieran reclamado no tendriamos la libertad de ir a misa cuando podemos y no como debemos, si no me hubiese cortado durante tanto tiempo andando alrededor sin preguntar, si no me hubieses atacado (que buen beso por cierto) no estariamos aquí, sonriendo, extrañándote a pesar de que solamente han pasado diecinueve horas desde que te dejé.
Te quiero, y me duele saber que no bastan dos palabras para decirlo. Maldito léxico limitado, te digo que te quiero con toda mi alma y que haré lo posible para tener más de esas tardes perfectas que tanto nos gustan...



Me gusta besarte porque luego sonríes