La búsqueda del alma
jueves, 3 de noviembre de 2011
...
Quiero que me timbres
(para mí significa mucho)
martes, 4 de octubre de 2011
Si al universo se le dá la gana nos toma examen y todos jalamos...
domingo, 6 de febrero de 2011
de muerte y la melancolía
Desde que empecé a observarlo, Tánatos me impresionó fuertemente. Para ser un dios es sencillo en palabras, actos y voluntad, llegando al extramo de olvidar que es la personificación de la muerte no violenta.
Cuantas veces me lo he cruzado en hospitales, en geriatría, en maternidad, trayendo dolor o alivio en casos terminales. Cuantas veces lo he visto transitar por las calles con su traje común, camisa y jeans buscando una dirección, quizas un anciano durmiendo, quizas un descuido del corazón. Nunca falla, siempre está puntual en todo lado donde se le requiera, no escatima en su labor y trabaja incansablemente: lo único que no le hará falta a la humanidad es fallecer .
Sin embargo un día lo vi pasar de largo. Yo estaba a punto de comprar el NYT cuando lo vi apretando los puños al lado de un joven apuesto, casi de veinte, la misma edad que aparenta Tánatos. ¿Dudó, se enamoró? Tánatos se levantó y siguió su camino ignorando el hecho de que el alma de aquel mortal estaba marcada por un aneurisma que lo sumergiría en el sueño eterno de nunca despertar. ¿Qué sucedió entonces? Lo seguimos con Selene y vimos que algo estaba mal, las flores no caían, la noche no le seguía y al desmenuzar su corazón con nuestra conciencia vimos que no era ningún mal de amores. ¿Entonces?
Revivimos el reloj, invertimos las agujas y dislumbramos el espectáculo ocultos nuevamente, si somos dioses significa que deberíamos aprovechar todas nuestras ventajas sobre la naturaleza.
-No lo entiendo.
-No debes entenderlo, simplemente admitirlo.
-¿La muerte siempre se presenta amistosamente y te avisa que tienes unos cuantos minutos para tus últimos pensamientos?
-Es un regalo que ofrezco a los puros de corazón.
-Mi corazón no es puro, está roto y hecho mil pedazos.
-El amor es irrelevante.
-Y aún así, es lo único que nos hace sentir completos. ¿No sientes acaso la necesidad de seguir adelante para completar ese vacio que hay en tí cada vez que abres los ojos al despertar? ¿No sientes la melancolía cuando estás solo?
-Los corazones no se pueden romper, es tu mente la que crea esa idea de abandono cuando son rechazados por el ser codiciado.
-No es simplemente un rechazo sexual, es un rechazo de alma. Le entregas todo a esa otra persona y te dice no lo necesito, hay otras personas con las que prefiero pasar el tiempo, no eres lo suficiente para satisfacerme. Eso rompe quiebra orgullo, nuestro cariño, nos destroza.
-De lo que se deduce que su pensamiento del amor solamente los lleva a sufrir.
-Te equivocas. Toda lección sin sufrimiento no vale la pena.
Tánatos mira al joven que responde insolentemente, con pasión en los ojos.
-¿Qué es lo que vas a hacer?
-Voy a ir directamente a su casa y le diré que la quise hasta el final. Que no me importa si duda de nosotros, que no importa si quiere tomarse un tiempo de 'nosotros', yo igual la seguiré queriendo hasta el final de los finales.
-Tu amor morirá cuando cierres los ojos, te lo aseguro.
-No, mi amor perdurará en ella y me recordará, lo sé con certeza.
Tánatos se levanta y le dice, tomate los años que quieras, al tiempo que camina lentamente hacia la estación de buses ahora en dirección a un asilo.
¿Porqué lo has perdonado? ¿Es que acaso deseas sentir esa falacia mortal llamada amor? Tú mismo lo dijiste, ese amor morirá en cuanto el cierre sus ojos y tu conduzcas su alma ante el señor de la muerte.
¿O es que acaso tú, Tánatos, también sientes la melancolía cuando estás solo?
Cuantas veces me lo he cruzado en hospitales, en geriatría, en maternidad, trayendo dolor o alivio en casos terminales. Cuantas veces lo he visto transitar por las calles con su traje común, camisa y jeans buscando una dirección, quizas un anciano durmiendo, quizas un descuido del corazón. Nunca falla, siempre está puntual en todo lado donde se le requiera, no escatima en su labor y trabaja incansablemente: lo único que no le hará falta a la humanidad es fallecer .
Sin embargo un día lo vi pasar de largo. Yo estaba a punto de comprar el NYT cuando lo vi apretando los puños al lado de un joven apuesto, casi de veinte, la misma edad que aparenta Tánatos. ¿Dudó, se enamoró? Tánatos se levantó y siguió su camino ignorando el hecho de que el alma de aquel mortal estaba marcada por un aneurisma que lo sumergiría en el sueño eterno de nunca despertar. ¿Qué sucedió entonces? Lo seguimos con Selene y vimos que algo estaba mal, las flores no caían, la noche no le seguía y al desmenuzar su corazón con nuestra conciencia vimos que no era ningún mal de amores. ¿Entonces?
Revivimos el reloj, invertimos las agujas y dislumbramos el espectáculo ocultos nuevamente, si somos dioses significa que deberíamos aprovechar todas nuestras ventajas sobre la naturaleza.
-No lo entiendo.
-No debes entenderlo, simplemente admitirlo.
-¿La muerte siempre se presenta amistosamente y te avisa que tienes unos cuantos minutos para tus últimos pensamientos?
-Es un regalo que ofrezco a los puros de corazón.
-Mi corazón no es puro, está roto y hecho mil pedazos.
-El amor es irrelevante.
-Y aún así, es lo único que nos hace sentir completos. ¿No sientes acaso la necesidad de seguir adelante para completar ese vacio que hay en tí cada vez que abres los ojos al despertar? ¿No sientes la melancolía cuando estás solo?
-Los corazones no se pueden romper, es tu mente la que crea esa idea de abandono cuando son rechazados por el ser codiciado.
-No es simplemente un rechazo sexual, es un rechazo de alma. Le entregas todo a esa otra persona y te dice no lo necesito, hay otras personas con las que prefiero pasar el tiempo, no eres lo suficiente para satisfacerme. Eso rompe quiebra orgullo, nuestro cariño, nos destroza.
-De lo que se deduce que su pensamiento del amor solamente los lleva a sufrir.
-Te equivocas. Toda lección sin sufrimiento no vale la pena.
Tánatos mira al joven que responde insolentemente, con pasión en los ojos.
-¿Qué es lo que vas a hacer?
-Voy a ir directamente a su casa y le diré que la quise hasta el final. Que no me importa si duda de nosotros, que no importa si quiere tomarse un tiempo de 'nosotros', yo igual la seguiré queriendo hasta el final de los finales.
-Tu amor morirá cuando cierres los ojos, te lo aseguro.
-No, mi amor perdurará en ella y me recordará, lo sé con certeza.
Tánatos se levanta y le dice, tomate los años que quieras, al tiempo que camina lentamente hacia la estación de buses ahora en dirección a un asilo.
¿Porqué lo has perdonado? ¿Es que acaso deseas sentir esa falacia mortal llamada amor? Tú mismo lo dijiste, ese amor morirá en cuanto el cierre sus ojos y tu conduzcas su alma ante el señor de la muerte.
¿O es que acaso tú, Tánatos, también sientes la melancolía cuando estás solo?
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