Primera verdad en mucho tiempo

Miento al decir que no tengo hambre cuando ya llevo dos días de ayuno.
Miento cuando me preguntan que tal los cursos y digo que bien.
Miento al cantar a viva voz sabiendo la tortura que es mi voz y trato de engañarme.
Miento cuando digo que no quiero pero deseo aceptar los pequeños favores de los amigos que tengo (ustedes cinco).
Miento al ocultar mi timidez en mi hablar fuerte, en mis sarcasmos improvisados y en mi desgano con la responsabilidad cuando me muero por sentarme en una esquina y esperar a que vengas a rescatarme.
Miento viéndome al espejo diciéndome a mí mismo que si te puedo conquistar.
Miento al decirle a Jesús que mañana volveré temprano cuando los estudios me quitan tiempo para escuchar sus primeras palabras.
Miento al creer que soy capaz de escribir un texto decente que a alguien pueda gustarle.
Miento al decir que no duele perder el tiempo repitiendo comandos en un maldito router cuando deseo estar a tu lado para poder hacerte sonreir, para darte lo mejor de mí, para bajarte las estrellas, la que tú me pidas, Antares aunque sea...

Miento. Miento. Miento. Miento como enfermo, como un loco repulsivo que tocó fondo, que Castel me queda chico por lo reflexivo y porque el miedo me consume, me corroe, me hace mentirte cada vez que te digo que eres mi amiga cuando eres el centro del mundo..

¿Puedes enamorarte de un mentiroso así?


miénteme y dime que sí
tan sólo por un momento
hazme creer que Dios sí existe...