lunes, 8 de febrero de 2010

La Verdad V Parte [¿Celos o miedo?]

-Es entonces cuando llega inevitable, cuando tu corazón deja de latir y tus pulmones de repartir aire.
-Estás mal.
-Ilumíname,- dijo Rodrigo interesado al tiempo que Daniela ponía dos bolsas de hamburguesas en el carrito de compras.
-En una unidad intensiva podemos mantener a una persona viva aún cuando su corazón haya dejado de latir y aún sus pulmones no funcionen. La muerte se da cuando el cese de toda actividad encefálica, es decir, cuando el proceso es irreversible.
-Tú no cambias de guión ni aunque pasen diez mil años no?
-Ernesto!
Daniela deja el carrito inerte y va a abrazar a aquel desconocido. Lo abraza efusivamente pero Rodrigo no dice nada, como si se hubiera olvidado de él...
-Te presento a Rodrigo.
-¿También eres otro doctor con la ilusión de detener la muerte?
-No, solo un físico enamorado.
-¿Apoyas a la gravedad cuántica de bucles o a la teoría de las cuerdas?
o_0!!
-Teoría de las cuerdas.
-Eres obvio.
-Disculpa, ¿eres físico?
-No Rodrigo. Ernesto siempre fue curioso como tú y le gusta aprender de todo, así no sea de informática que es su ramo, así como tú escuchas mis charlas de medicina.
-Ok. Daniela, cuéntame que ha sido de tu proyecto de detener la muerte y de si lograste esa maestría que siempre quisiste.
...
-¿Quién era tu amigo?- dice Rodrigo casualmente, al apagar el ordenador. Daniela con una taza de té y una revista baja los lentes y lo mira.
-¿Celos?
_La verdad no lo sé.
Y es cierto. Nunca ha sentido rabia ni curiosidad por el pasado de Daniela, nunca hurga ni pregunta más de lo necesario, no porque no sienta curiosidad, sino porque no le gusta ser maleducado al preguntar de más.
Daniela se acerca y lo mira. No puede creer que ese chico de emociones cruzadas sienta algo tan típico como los celos, no sabe si sentirse alabada o que.
-No sabes como reaccionar, ¿cierto?
-No. No me siento furioso pero tampoco me siento cómodo. Te quiero, me sentí un poco intimidado por él pero no dudo de tu cariño.
-¿Entonces?
Rodrigo la abraza. No sabe tanto del mundo como quisiera, como aquel tipo que domina computadoras y la relatividad general y tal vez, un pedazo del corazón de Daniela. Se siente menos y le gustaría ser más. ¿Es eso celos o miedo?
-Pongámoslo así. Ernesto fue maravilloso, fue mi primer amor y siempre será un gran amigo mío. Sin embargo acabamos y ahora estoy contigo. Ni aunque él tuviera un carro último modelo y no tu bochito, aunque él se vista mejor o sepa de casi todo en cultura general..
-¿Tienes un punto para todo esto no?,- mastica Rodrigo sabiendo que está bromeando.
-Claro, burlarme de tu inseguridad.- Le da un beso en la mejilla y lo abraza más fuerte.- Te quiero, y no cambiaré de parecer porque eres el único que me tiene tanta fe, que me quiere de esa forma tan única como tienes tú.
...
-¿Dónde están mis chocolates?
-Me los comí, lentito.
-¿Por qué no me dejaste ni uno siquiera?
-Para que entiendas que son los celos. Es sentir que alguien te arrebata algo valioso.
-Zonza, no tenías que hacer toda esa pantomima,- dice al tiempo que la atrae para darle un beso y ella le da una palmada en el hombro.
-No me digas zonza!




PD: Este texto era necesario en la estructura del relato que vengo planeando. No me siento cómodo al revelar mis inseguridades, sobre todo las que son de este tipo, ni tampoco por dejarlo tan poco pulido, preferiría no publicarlo pero es necesario seguir cierta lógica...
PD2: Muchísimas gracias a bche, quien se dió cuenta del super error que había en el texto (les dije que no estaba refinado :P)

3 comentarios:

bche dijo...

ayy! O_O me he perdido un poco! xD primero habla de un tal David y luego hay un Ernesto por ahí furulando jajaja xD pero bueno, creo k pillé la moraleja :) dejando nombres y autismos míos atrás... me ha encantado! :)
un beso!

Favio dijo...

jajaja
le debo una disculpa señorita, se llamaba David al comienzo pero al desarrollar su personalidad tenía más de Ernesto
XD

ahora mismo lo cambio :P

Luz Negra dijo...

He tenido un déjà vu... justamente ayer tuve una conversación muy, muy parecida, pero con un final diferente... y sigo sin saber si fueron celos, miedo o mi imaginación...

Un saludo.