miércoles, 29 de octubre de 2008

Mi gato de Schrödinger

Gracias Wikipedia

El experimento del gato de Schrödinger o paradoja de Schrödinger es un experimento imaginario, concebido en 1935 por el físico Erwin Schrödinger para exponer uno de los aspectos más extraños, a priori, de la mecánica cuántica.

Schrödinger nos propone que supongamos un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere.

Al depender todo el sistema del estado final de un único átomo que actúa según las leyes de la mecánica cuántica, tanto la partícula como la vida del gato estarán sometidos a ellas. De acuerdo a dichas leyes, el sistema gato-dispositivo no puede separarse en sus componentes originales (gato y dispositivo) a menos que se haga una medición sobre el sistema. El sistema gato-dispositivo está en un "estado entrelazado", entangled state, en inglés.



Siguiendo la interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el sistema, descrito por una función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y aspectos de un gato muerto, por tanto, sólo podemos predicar sobre la potencialidad del estado final del gato y nada del propio gato. En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar modifica el estado del sistema tal que ahora observamos un gato vivo o un gato muerto. Esto se debe a una propiedad física llamada superposición cuántica que explica que el comportamiento de las partículas a nivel subatómico no puede ser determinado por una regla estricta que defina su función de onda. La física cuántica postula que es posible calcular la trayectoria o la posición de una partícula, pero no los dos factores de manera simultanea; por consiguiente la pregunta sobre la vida del gato sólo puede responderse probabilísticamente.

La paradoja ha sido objeto de tanta controversia (y de discusión no sólo científica, sino hasta filosófica) que Stephen Hawking llegó a afirmar que "cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola".


Hace poco entendí que este término se aplica a muchas partes de la vida diaria.  Tengo un gato de Schrödinger que no me deja vivi en paz. Hace mucho tiempo abrí la caja y eché una coteada: el gato estaba allí pero cerré la caja con miedo y ahora nunca la volvía a abrir. Inclusive tuve que tomar una desición que determinó el rumbo de mi vida y el nacimiento de este blog no sabiendo el estado del gato y lo dí por muerto. Ya saben, lo malo suele ganarle a lo bueno y en esa época yo era de las personas que miraban el vaso medio vacio.

Pronto me di cuenta de mi error y cuando quise volver era demasiado tarde: el otro científico que me ayudaba en el experimentose había llevado la caja cong ato y todo y se había ido para no volver. (¿De verdad estaría muerto el gato?)
Y he aquí la duda: la única persona que le echó un ojo a esa caja fue el otro científico, él es la única persona que sabe si esta vivo o muerto aún, él es la única persona que tiene la respuesta a mi duda, a mi
DELIRIO, a mi castigo.
No debí rendirme tan fácilmente cuando aún tenía la caja a mi alcance, fui
COBARDE. Muchas veces me digo que no debo saber si el gato está vivo, que debo seguir adelante y olvidar esa parte de mi vida pero no es tan fácil. Tengo ganas de buscarte y pedirte ver la caja, pero me da miedo tu reacción después de que yo haya abandonado el experimento como si fuese natural.

Ojalá pudiese dejar atrás todas las cajas que nunca abrí, en especial la tuya...

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