domingo, 23 de noviembre de 2008

Camisa blanca, y mis alas...

Me tienes como gelatina cada vez que me miras o dices mi nombre como si fuese a comprar el pan de cada mañana. Eres la única persona que puede hacerme perder toda una tarde solamente por una sonrisa, por una mirada, por el simple de hecho de saber que existes...

Caugth me feeling this, please, shut me up coz my heart is dying 'n there's no reason for that...

Una vez no duermo por tí, y si lo hago te encuentro de todas formas allí. Ayer te sentí tan cerca como antes, no físicamente, sino de verdad cerca, como a una herida que nunca sana, como a un canario que nunca se deja ir porque es parte de la vida, porque es parte de la razón de ser. Te extraño a pesar de que no te has ido, te lloro a pesar de que por tí sonrio, simplemente te escribo porque mi sangre quiere huir y en tinta termina sobre un papel que nunca leerás...
Es el simple éxtasis por el oro, es la codicia de tener lo más valioso, es el deseo de volverte a besar una vez más. Ayer me dijeron que la felicidad es algo que no nos pueden quitar. Podemos estar tristes pero nunca abandonarla, podemos estar bajo presión pero siempre tendremos alegría dentro de nosotros. Ahora estoy un tanto melancólico por el simple hecho de que ni te das cuenta de que no hay quien te quiera más en el mundo que yo, que no hay nadie que haya sacrificado más que yo por tí, que tal vez nunca jamás te de un beso en la frente ni pueda decirte lo mucho que me gustas cuando miras desde el corazón...
Quiero tanto llorar porque una vez tuve alas que me llevaron ahsta tí, me elevé, y pronto cuando goce de tu compañía en lo más selecto del Paraiso, me las cortaste, me dejaste caer y no luchaste ni por verme descender, ni por decirme adios, ni por oirme gritarte desde lejos:

-Aún así te querré.

Es por eso que escribo este blog. Ahora que estoy abajo solo me quedan mi teclado y mis recuerdos de tus pies caminando por un pasaje que tal ya no recuerdas. Escribo porque a pesar de todo te sigo queriendo y no quiero molestarte en tu nueva alegría. Esperaré como Florentino Ariza hasta que estés dispuesta a darte cuenta que soy el único con derecho a morir sobre tí. Soy aquel que hizo Dios para hacerte feliz...

1 comentario:

crysania dijo...

tienes un premio para ti en mi blog ;-)