jueves, 1 de mayo de 2008

Al final..

Esta entrada fue modificada de su original en un comienzo. Pertenece al 25 de marzo del 2007 pero por no faltar a la verdad de la fecha de publicación de la misma es que ahora la modifico y retorno a su fecha original: el comienzo de este año tan desicivo en mi encuentro conmigo mismo.

Han pasado casi tres meses desde aquella conversación. El fantasma de Lucía está allí, no me da tregua, pero tampoco quiero que se vaya. En mi bolsillo aún tengo esas dos palabras que no supe utilizar. No me dejaste otra opción que aguantar el dolor de perder el corazón ¿Cómo tenerlo si borre de mi memoria el sonido de tu voz? Ya no soy nada para ti, y ahora todo está demás. Cada día que me das, es una noche de sufrimiento recordándote. Es todo por culpa de un amor que nadie, ni siquiera tú lo alcanzas a ver. Estoy preparado para estar solo, una vez más. No podré volverte a verte, porque tengo los ojos empapados en ayer, aún creo en la promesa de soñar juntos, y ahora sólo tengo sueños rotos, sueños que eran contigo y ahora no son.

Las cartas que nunca te di esperan junto a mi velador. Quisiera ser olvido para nunca recordar. Veo el aire, y rasgo el viento buscando tu fragancia. Así olvido mi dolor. Estaba de verdad, enamorado, como un niño encaprichado, no veía el mundo que me rodeaba: estaba fuera de mí, completamente trastornado, y no sé como decir, tú me has hecho sobrevivir. Era todo tan hermoso, y no podía durar, su fue de prisa y no volverá. Tú lo sabías bien, lo que empieza acaba, todo lo que empieza acaba. Y mientras Tephy alegraba las clases, yo prometía no olvidarte, mientras tú querías vivir a tu aire, y yo a tu lado. Era pronto para todo y tarde para cambiar.

Me marcho, porque sé que la vida te lleva a un camino alejado del mío. No voy estar detrás de ti ya nunca más, aunque creo que ahora no lo necesitas. Ya eres madura. No estaré tardes esperando a la puerta de tu colegio. Sé, por eso, que vas a estar mejor cuando me vaya, que todo va a seguir como si nada, mientras sobre papel el cuanto gastado de mi vida. No puedo darte lo que no tengo, sólo lo que está dentro de mí, y aunque sea poco para ti, es lo que soy. Seré entonces una parte incompleta para siempre. Me despido con esta historia, sin hacer ruido, para no decirte adiós. No podría decírtelo a la cara, porque te miro a los ojos y no me atrevo a quererte. Me gustaría que me dijeras qué es lo que yo fui para ti esa tarde llorando, si era algo para de vez en cuando o un amigo en el que confiabas. No tuve más calor para darte, tampoco más alma, ni más amor. No quiero dejarme morir de pena por ti. No quiero sufrir por tu recuerdo ni por tu piel. En realidad, no quiero esperar más por ti. Me mata la angustia de no verte. Me siento solo, me siento aparte: es por eso que ahora prefiero vivir a mi manera, eso no hace daño a nadie, solo quiero que me creas, que me entiendas, quiero que me quieras, yo quiero confiar en alguien. Siempre me voy, aunque generalmente a ninguna parte. Mi vida es un sueño sin color. ¿Cuántas veces te he hecho sonreír? Esta no es manera de vivir. No puedo guardar más lágrimas en mi vaso de cristal. Ahora escribiendo esto, se que moriría por ti.

No tengo más planes que acabar este cuento. Ese es el misterio de la noche: no saber a donde nos lleva. Viviré como si fuera mi último día en la tierra. Desde que te conocí, llegué a creer que el amor no es real, que tal vez es una ilusión que siempre acaba, pero me enseñaste que es más que eterno. Ahora sé que sin ti no soy nada. Me río sin ganas, simulo mi risa, actuó mal, y es que no sé estar sin ti ¿Qué no daría por contemplarte aunque fuera un solo instante? Seguir los dos juntos, mientras todo el mundo cambia.

Si volviera a nacer, si empezara de nuevo, te buscaría otra vez y empezaría a vivir todo lo que no pude a tu lado. Hay veces en que te mataría, y otras te quiero besar ¿Cómo hablarte si cada parte de mi mente es tuya? No encuentro la palabra exacta. ¿Cómo decirte que te has llevado mi alma poquito a poco? Tú, que llegaste por casualidad.

Cada uno escoge el tono para contar su propia historia; a veces refulge como al blanco esperanza del diamante o tiene el tono ardoroso de la esmeralda; quisiera optar por la claridad durable de una impresión en platino, pero nada en mi vida posee esa luminosa cualidad. Vivo entre difusos matices, velados misterios, incertidumbres; el tono para contar mi vida se ajusta más al de una foto opaca...

No hay comentarios: